Cinco comarcas, Tierra de Barros y Vegas Bajas, en Badajoz, y La Vera, Tiétar y Campo Arañuelo, en Cáceres, son las zonas en las que estudian la mayor parte de los 1.620 alumnos inmigrantes que residen en Extremadura, de los que 1.057 están en la provincia cacereña y 563 en la pacense, según los últimos datos que maneja la Consejería de Educación. En cuanto a los municipios que tienen más estudiantes llegados de fuera de la región son seis: Talayuela, Jaraíz de la Vera, Majadas de Tiétar, Badajoz --destaca por los alumnos portugueses--, Almendralejo y Montijo.

El mayor número de inmigrantes están en Educación Primaria, 582 en la provincia cacereña y 252 en la pacense. La Educación Secundaria cuenta con 270 alumnos en Cáceres y 115 en Badajoz, mientras que la Educación Infantil la cursan 204 niños en Cáceres y 93 en Badajoz. El resto de alumnos, 104, realizan otro tipo de estudios --de ellos 103 están en la provincia pacense--.

PORCENTAJE ALTO Actualmente, nueve de cada mil alumnos extremeños son inmigrantes, un porcentaje muy bajo en comparación con otras comunidades autónomas. No obstante, a pesar de que en Extremadura este fenómeno es reciente --empezó a ser significativo en el curso 91-92--, sí es cierto que en los últimos años el número de estos estudiantes ha crecido progresivamente, según el director general de Formación Profesional y Promoción Educativa de la Junta, Rafael Rodríguez, quien señala que la Administración regional presta especial atención a este sector, para el que desarrolla tres programas educativos especiales, que también incluyen la formación especializada del profesorado.

Uno de los programas, para centros de atención educativa preferente, se desarrolla en seis colegios públicos de la provincia pacense --cuatro en Badajoz y otros dos en Mérida y Villanueva de la Serena--, cinco colegios de la provincia cacereña --dos en Plasencia y otros dos en Losar de la Vera y Talayuela-- y cuatro institutos de Enseñanza Secundaria de la capital cacereña.

El programa, según Rodríguez, está diseñado para centros que tienen "una singularidad, porque la mayor parte de sus alumnos son inmigrantes o pertenecen a minorías étnicas culturales". Sus objetivos son ampliar la oferta educativa, reforzar los procesos de individualización de la enseñanza y potenciar el uso de las nuevas tecnologías.

Para ello, indica el responsable de la Administración regional, los propios alumnos disponen de más recursos humanos y materiales, es decir, más profesores y más medios que otros centros, y se les considera prioritarios en diversos tipos de ayudas. El programa también premia a los profesores como estímulo para que permanezcan en él.