Juan tiene cita con el dermatólogo. Ha tenido que esperar una semana desde que fue derivado por su médico de atención primaria --en vez de hasta varios meses, como ocurre en muchas especialidades--. Sale de su casa, en Jerez de los Caballeros, 15 minutos antes de la hora concertada con el especialista --en vez de una hora y media, como antes-- y se dirige a su centro de salud --en vez de al Hospital Infanta Cristina de Badajoz, como antes--. Allí es atendido por videoconferencia --con un sistema parecido a la consulta presencial, pero a distancia-- y, o bien queda diagnosticado su problema, o bien es derivado a una consulta directa, pero con prioridad o no en función de su necesidad.

Juan es un nombre inventado y el suyo es solo el ejemplo de lo que les ocurre o puede ocurrirles, si lo precisan, a los en torno a 300.000 extremeños que tienen acceso al servicio de telemedicina en la región. Instalado en 30 centros de salud conectados con 13 hospitales, el año pasado registró más de 6.500 consultas. La cifra es ligeramente inferior a la del año anterior (cuando se contabilizaron 6.745) y supone la primera caída desde que su puso en marcha este servicio.

Sin embargo, esto no preocupa a su coordinador, Claudio Peláez, que califica el dato como "óptimo" al entender que el servicio ya está "consolidado" y tiene difícil crecer más. "Siempre hay margen para mejorar, pero estamos colocados en los puntos donde más partido se puede sacar a este sistema, por lo que es difícil que la cifra de asistencias suba".

Así lo cree también el presidente de la Sociedad Extremeña de Medicina General, Fernando Pérez Escanilla, que recuerda que la región fue "pionera" en la telemedicina y que los resultados han sido muy positivos. Ambos coinciden en destacar los beneficios, especialmente para el paciente, que ve recortados los tiempos de espera para la consulta del especialista, al que, además, puede acudir sin tener que cambiar de población.

Los detractores, sin embargo, ponen en cuestión que se pueda equiparar una consulta a distancia con una presencial. "Es algo que no pretendemos --responde Peláez--; lo que buscamos es aproximarnos a la atención presencial (especialmente, con las consultas en tiempo real, que son la mayoría--), pero en caso de que esta sea necesaria una visita al médico, el paciente ya cuenta con un primer diagnóstico, a partir del cual se le puede incluso dar prioridad, si es necesario".

Estos beneficios se dejan notar muy especialmente en los centros en los que hay personas retenidas (como las prisiones) o que acogen a pacientes con movilidad reducida (caso de las residencia geriátricas). De hecho, este es el área que ahora la administración extremeña se plantea como reto. El servicio ya está activo en dos residencias en Cáceres y Don Benito y en los centros penitenciarios de Cáceres y Badajoz y acaba de ponerse en marcha en el Centro de Cumplimiento de Medidas Judiciales para Menores Marcelo Nessi.