En los últimos cinco años la cifra de muertos en la carretera ha caído casi a la mitad. De los 4.029 a los poco más de 2.200 con que se cerrará el año. El carnet por puntos, los radares y el nuevo Código Penal han obrado el milagro. Pero no es suficiente. Cuando el efecto Código Penal está a un paso de agotarse, la Dirección General de Tráfico (DGT) se prepara para dar una nueva vuelta de tuerca que permita mantener la tensión.

Con la reforma de la ley de seguridad vial que aprobó el Consejo de Ministros la semana pasada, y a cuyo texto ha tenido acceso EL PERIODICO, Tráfico pretende sortear todas las triquiñuelas que ahora permiten a muchos infractores dilatar al máximo la detracción de puntos y el pago de las multas o incluso eludir ambas sanciones.

La clave del proyecto es la rapidez y la sencillez con la que se cobrarán las multas y restarán los puntos (ver columna de la derecha). Los trámites que hoy llegan a demorarse hasta cuatro o cinco años se resolverán en un máximo de mes y medio o dos meses, incluso para las multas de aparcamiento. La administración solo notificará una vez la sanción (ahora son tres) y solo se podrá presentar un recurso antes de pagar la multa. Luego se podrá interponer un recurso de reposición, pero el conductor ya habrá abonado la sanción y perdido los puntos.

El sistema se inspira en el de Portugal (en dos años redujo las muertes a la mitad) y en menor medida en Francia, aunque en estos dos países aún es más duro. Se paga antes de presentar el recurso.