La reforma de la Política Agrícola Común (PAC) aprobada ayer suaviza las intenciones iniciales de la Comisión Europea, pero no convence a todos, ya que mientras que el Gobierno está satisfecho por las mejoras, el sector se muestra desolado y lo considera un recorte de las ayudas agrícolas.

El acuerdo alcanzado por los ministros de Agricultura de la Unión Europea (UE) ayer prevé reducir el 10% las ayudas directas y los aumentos revisables de las cuotas lecheras. Además, incrementa la reducción de subvenciones a los productores que perciben más de 5.000 euros, de manera que la rebaja llegue al 10% en el 2012, e incluye una subida anual del 1% de las cuotas lácteas que podrá modificarse según la evolución del mercado.

La ministra de Medio Ambiente y Medio Rural y Medio Marino, Elena Espinosa, manifestó que la reforma es "satisfactoria" porque recoge la mayoría de las demandas españolas e incluye "ajustes" que darán "estabilidad" a los agricultores españoles hasta el 2013. Así, explicó que el incremento de la modulación hasta el 10% sólo afectará a un 23% de los agricultores españoles y supondrá unos 163 millones de euros respecto a los 5.100 millones que obtiene España en ayudas directas, con lo que "no tendrá un impacto real en la renta del sector".

Sin embargo, las organizaciones agrarias Asaja, UPA y COAG, y la Confederación de Cooperativas (CCAE) lamentaron ayer la reforma de la PAC porque, afirman, se ha perdido la oportunidad de apostar por un sector agropecuario "estratégico, competitivo y sólido".

Por su parte, los grupos popular y socialista en el Congreso mantienen valoraciones radicalmente opuestas respecto a la reforma de la PAC y mientras que para los populares se recortan las rentas al sector, para los socialistas redundará en su estabilidad y competitividad.