Cerca de 2.500 explotaciones agrícolas y ganaderas han tenido que cerrar en Extremadura durante los últimos meses por no poder hacer frente a la subida de los costes de producción. Así lo puso de manifiesto ayer el secretario regional de la Unión de Pequeños Agricultores (UPA-UCE), Ignacio Huertas, durante la protesta que esta organización agraria llevó a cabo frente a la sede de la Delegación del Gobierno, en Badajoz.

La protesta, con la que se pretendía denunciar la situación que está viviendo el campo extremeño por el incremento del coste del gasóleo, los fertilizantes y los piensos, así como por la congelación o reducción de los precios que perciben los productores, duró aproximadamente media hora y reunión a unos 100 agricultores.

Ignacio Huertas explicó que los costes de producción han aumentado un 40% en el último año, mientras que los productos agroganaderos cada vez "valen menos". Como ejemplo, apuntó que criar un ternero cuesta 157 euros más que en la campaña anterior.

Ante esta situación, el dirigente de UPA-UCE exigió al Gobierno central que acabe con los especuladores para que "nuestros productos valgan lo que cuesta producirlos". Así, una de las medidas que propuso fue la creación de una ley de márgenes comerciales. Con ella, a su juicio, se podrán evitar los "abusos que están cometiendo las grandes distribuidoras".

Por su parte, la organización COAG-Extremadura abogó ayer en por la puesta en marcha de una serie de medidas fiscales como la creación de un gasóleo agrícola profesional para afrontar el incremento abusivo de los costes. Según su presidente, Juan Moreno, el Gobierno debe intervenir para frenar las pérdidas del sector.

En Madrid, unos 20.000 agricultores, según la organización convocante Asaja, y la mitad según fuentes policiales, se manifestaron para protestar por la subida del precio del gasóleo y repartieron 13.000 kilos de hortalizas, carne y leche.