La Policía Científica de Extremadura realiza una media de 350 investigaciones al mes, más de 4.000 al año, sobre delitos relacionados con homicidios, robos o agresiones sexuales. En total, existen una veintena de agentes especializados repartidos por las comisarías de Cáceres, Badajoz, Plasencia, Mérida, Almendralejo y Don Benito-Villanueva, encargados de realizar las inspecciones oculares sobre el terreno y recoger las muestras necesarias para el buen desarrollo de la investigación.

El objetivo de estos agentes es la localización de pruebas que conduzcan hasta el culpable y faciliten la tarea en el juicio, obteniendo huellas, recogiendo muestras que contengan ADN, identificando voces o grafías, o haciendo retratos de armas por la vaina de la bala, entre otras cosas.

El porcentaje de las inspecciones oculares que se saldan de forma positiva es elevado, según indica el inspector jefe de la Brigada de Badajoz, José Francisco Flores, quien asegura que la Policía Científica extremeña está "al mismo nivel que cualquier plantilla española, ya que todos tenemos la misma formación y hemos trabajado en otros lugares".

DELINCUENTES LISTOS

Flores señala que la mayor parte del trabajo de los agentes se centra en robos y pequeños delitos, ya que en Extremadura hay pocos homicidios y agresiones sexuales "y los que tenemos se esclarecen practicamente con la investigación". No obstante, el inspector asegura que no es nada fácil desarrollar investigaciones con este tipo de delincuencia. "Nos tenemos que ver las caras con un tipo de delincuente repetitivo, que, como ejemplo, si una vez fue detenido por dejar sus huellas, cuando vuelve a delinquir se pone guantes".

Todas las comisaría extremeñas tienen su equipo de Policía Científica, aunque en base a las características de la propia comisaría y de la zona en la que se encuentra disponen de más o menos medios y funciones. Las operaciones básicas que se realizan en las comisarías locales son la reseña e identificación de los detenidos y las inspecciones oculares técnico-policiales, en las que se obtienen huellas o se recogen muestras.

Las huellas obtenidas se cotejan con los archivos y si la búsqueda es negativa se trasladan a las comisarías provinciales de Badajoz o Cáceres, en las que la Policía Científica dispone de un Sistema Automático de Identificación Dactilar (SAID). El objetivo es tratar la huella e introducirla en un banco de datos en el que hay 12 millones de dedos (1.200.000 huellas) de personas que han sido detenidas y reseñadas tanto por la Policía Nacional como por la Guardia Civil.

También existen otro tipo de huellas anónimas recogidas y cuya titularidad no se ha podido determinar. Estas se introducen en un banco de huellas anónimas y se comparan con nuevas muestras recogidas.

Así, el trabajo se amplía en las comisarías provinciales de Badajoz y Cáceres, en las que se dispone de personal e instrumental adecuado para trabajos de especialización, como son, entre otros, balística operativa, documentoscopia, lazoscopia, búsqueda de huellas con tratamientos químicos, recogida de muestras de ADN, investigación de incendios, acústica forense para analizar las muestras de voz o antropología forense, aunque ésta última no se desarrolla por completo en la región.MATERIAL ESPECIFICOPara realizar otro tipo de pruebas en las que se necesita un material específico, existen tres laboratorios centrales que están en Sevilla (del que depende Extremadura), Madrid y Barcelona, y que se encargan de recibir todos los requerimientos del resto de comisarías españolas.Las brigadas de Policía Científica también se encargan de la introducción en el banco de datos de los detenidos y la elaboración de informes especiales.