Agustín Trocolí, jefe de sala del 112 encargado de dar a conocer el plan destacó que la elaboración de surge de la necesidad de que Extremadura cuente con un instrumento específico para prevenir avenidas y de mecanismos para afrontar una catástrofe de este tipo ya que sus condiciones meteorológicas e hidrológicas, así como la existencia de numerosas presas y canalizaciones, unido al hecho de que se ha construido en zonas sensibles, convierten a la región en un lugar "conflictivo" susceptible de sufrir graves daños por inundaciones.

Trocolí indicó que a partir del plan se podrá hacer una evaluación exhaustiva del nivel de riesgo en cada municipio extremeño y a partir de ahí "agrupar las poblaciones por niveles de riesgo" para priorizar las inversiones y actuaciones preventivas. También se marcarán mapas con el fin de advertir a los ayuntamientos y otras administraciones de cuales son las zonas problemáticas a la hora de construir. En este sentido el jefe de sala del 112 señaló que "sería conveniente" que en las nuevas obras se realizase, además de un estudio de impacto ambiental, otro a cargo de Protección Civil que marque los peligros.

Otro punto en el que insistió Trocolí fue en que se delimite perfectamente el dominio público hidráulico, con el fin de evitar que los lechos de ríos y arroyos y los cauces de avenida se vean invadidos. Llamó especialmente la atención en la necesidad de evitar la edificación "no regulada", puesto que influye de manera negativa en los momentos de avenida, es decir, al margen del riesgo que supone para sus inquilinos, esta construcción puede suponer un tapón que agrave las consecuencias de la riada al evitar que las aguas circulen libremente por los cauces.