Roquero solitario (Monticola solitarius)20 cmAlimentación: Insectívoro. (Arañas y gusanos como ejemplos.)Sedentario. Colirrojo Tizón (Phoenicurus ochruros)14 cmAlimentación: Insectívoro. (La misma que el anterior, incluyendo al ciempiés como predador significativo del mismo.)Invernante. Sin duda escribo de dos especies con muchas diferencias ornitológicas, pero en el tema de estos capítulos, como es el urbano, le veo una gran similitud, dada su rareza y creo poderlos incluir en ello, aunque los mismos son muy escasamente observados en nuestros pueblos y ciudades. Ambos están siempre muy identificados en los estudios sobre los mismos, como especies habituales de montañas y riscos, pero he querido incluirlas, por las muchas en este aspecto lógicas excepciones, como sin duda es la presente. Y ello contribuye además con la belleza de los mismos, con sus diferentes pero preciosos plumajes.Hay que ser muy observador de las aves, dado que no son nada fácil de ver, tanto por su comentada escasez, así como su muy discreto comportamiento en nuestras ciudades y pueblos. En todo caso siempre será más posible la observación del colirrojo tizón, dado sin duda por su cola roja llamativa, que le da mucha parte de su nombre, dentro de su especial negro mayoritario en su plumaje. Roquero solitario Nunca mejor nombre en castellano y científico puesto a un pájaro, por lo de solitario y solitarius. Es difícil de ver en compañía, por lo menos en mis muchas experiencias en contacto con esta ave, siempre han sido de un solo ejemplar. Tampoco está mal lo de roquero, si hay murallas y zonas antiguas, no descartando modernas es donde se producen más sus observaciones. Especie desde luego muy rara en nuestra ciudad, y desde luego caso bastante extraño para un pájaro al cual se le define en cualquier texto científico ornitológico como especie claramente de alta montaña. Su secreto tendrá no les quepa la menor duda. Colirrojo Tizón Como ornitólogo escribiendo del habitat natural del colirrojo tizón, es nombrar, montañas, y sobre todo con riscos y acantilados de costas y de islotes. Por ello ser tan amigos de las rocas, lo han hecho también de las viejas piedras y murallas, y también el cemento de nuestras ciudades, como en el caso anterior. No se puede hablar ni mucho menos de abundante, pero sin duda su presencia en nuestras ciudades es ya palpable, eso si, solo en nuestros inviernos.Es fácil de identificarlo a pesar de ser su color, en su mayoría el negro como el de algunas otras aves urbanas, pero es muy evidente su menor tamaño y sobre todo su llamativa cola roja como antes he comentado. Eso si, es de las aves más nerviosas que he conocido en sus movimientos, y más aún influye como es lógico en su comportamiento natural cuando nota la presencia cercana de cualquier peligro o extrañeza, y está claro que en las ciudades, aunque para nosotros sea lo contrario, son las personas para los mismos. Por último destacar que es, excepto en su época de reproducción, la cual no es en nuestro país, al ser invernante, totalmente individualista, o sea, muy difícil de ver a más de uno conjuntamente en sus difíciles observaciones. (*) El autor es Naturalista. Ornitólogo