(Lo siento, no me atrevo a salir del armario, aunque se me note) Soy extremeño, vivo y estudio en Badajoz aunque soy de pueblo. En mi pueblo vivo, pero no soy yo. Aunque supongo que se nota. Soy homosexual, gay, marica, lo que queráis. Supongo que lo sabéis. Supongo que por eso os burláis de mí si se nota más de lo permitido. Esa sensación es la que respiro, la que respiro cuando casi no puedo respirar.

Desayuno en el bar del rectorado, al lado de quien manda en la universidad... y raro es el día que uno de los dos camareros (en las dos señoras no le he notado), no me hacen algún gesto de burla. Al principio me creía paranoico pero es lo que continuo viviendo cada día. Continuamente escucho expresiones como mariconazo, nenaza... No referidas a mí, sino en conversaciones.

No puedo sentir otra cosa que cierta asfixia. Señores candidatos a rector el respeto a los derechos que tengo, ¿no deben tenerse en cuenta cuando le renueven la concesión? Igual muchos os reís de por esta pregunta, pero será porque no sentís las risas irónicas, las mofas, las miradas. Señores candidatos, la universidad es una comunidad humana, más que un conjunto de títulos, de asignaturas, de facultades ¿por qué no organizan alguna actividad sobre homosexualidad, para que sepan que existimos?