Los coordinadores de la encuesta realizada por la Fundación BBVA se han visto sorprendidos por el desconocimiento de los universitarios españoles del Espacio Europeo de Educación Superior: un 66% no sabe bien cómo es la reestructuración puesta en marcha tras la Conferencia de Bolonia del año 1999 y que antes del 2010 llevará a cabo la desaparición de las licenciaturas y diplomaturas actuales para introducir los estudios de grado, posgrado y másters con homologación europea. Es más: un 31% sostiene que ni siquiera ha oído nada del tema.

Esta ignorancia se complementa con otro dato no menos llamativo: un 73% no son capaces de mencionar ninguna universidad europea puntera en la especialidad en la que se están formando. Asimismo, 8 de cada 10 alumnos tampoco saben identificar la universidad norteamericana mejor en su área.

"La visibilidad de lo académico es bastante escasa y el nivel de implicación con la institución es bastante moderado", resaltó Mariana Szmulewicz. La coordinadora del estudio se basa en que la mayoría de los universitarios es incapaz de citar algún proyecto de investigación que se realice en su universidad.

A pesar del déficit de investigadores en Europa, éste es un campo que no atrae a los universitarios españoles, según la encuesta. Sólo el 35% han considerado alguna vez la posibilidad de dedicarse a investigar. El porcentaje desciende al 11% que mencionan como primera actividad a la que le gustaría dedicarse al terminar los estudios.

En opinión de Javiera Barandiarán, de la unidad de estudios de la Fundación BBVA, los universitarios mantienen la trayectoria tradicional. La mitad asegura que cuando terminen la carrera piensan buscar trabajo y el 31% dicen que seguirán estudiando, ya sea un máster, un doctorado u otra carrera.

CRITICAS A DOCENTES

El aspecto más crítico a la enseñanza universitaria es la formación práctica, a la que dan un 4,7 de nota. Esta calificación sube a un 6,1 en el caso de los estudiantes de centros privados. La teoría, la actualización de contenidos y la formación como persona reciben un aprobado.

Las principales críticas a los docentes recaen en que no hacen exámenes racionales, según el criterio de los estudiantes que han participado en este estudio, ni bien diseñados para evaluar los conocimientos, ni fomentan la participación y creatividad de los alumnos. Estos reclaman evaluar a los profesores periódicamente y mejorar los procesos de selección de los enseñantes, pero no aumentar la exigencia de las normas de permanencia de los alumnos ni la exigencia de las pruebas.