Giovanni Giacomo Casanova (1725- 1798) ha trascendido como personaje para convertirse en arquetipo universal. No es extraño que abunden las películas con la palabra Casanova en el título, aunque no tengan relación con el personaje: Casanova Brown (1944), comedia con Gary Cooper; Casanova 70 (1964), filme de Mario Monicelli sobre un comandante impotente que puede ejercer el sexo en situaciones de peligro; Doctor Casanova (1972), vitriólico retrato de un seductor arribista de Claude Chabrol, y las cuatro entregas del Casanova porno de Rocco Siffredi (1993). En este texto, repasamos los títulos inspirados en las peripecias del verdadero Casanova que han precedido a la recreación emprendida ahora por el director sueco Lasse Hallström, con Heath Ledger y Sienna Miller como protagonistas:

SEDUCCIONES ACARTONADAS.

El actor ruso Ivan Mojuskine abordó de forma grandilocuente al personaje en dos ocasiones, una versión muda de 1927 que el mismo escribió y una hablada de 1933, ambas rodadas en Francia. Un Casanova light tanto por el exceso del actor como por la moral de la época.

ORIGENES DEL AMANTE.

Con el explícito título de Infancia, vocación y primeras experiencias de Giacomo Casanova, veneciano (1969), Luigi Comencini realizó un retrato bello, severo y algo dickensiano de los inicios del mito. El protagonista fue Leonard Whiting, el Romeo de la versión de Zeffirelli de la historia entre Montescos y Capuletos.

FELLINI Y SUTHERLAND.

El director encontró en Donald Sutherland al actor perfecto para su visión delirante, barroca, triste, perversa y seductora. Los decorados teatrales del mar veneciano o la danza con la bailarina mecánica son algunos hitos de este Casanova fechado en 1976.

GIANCOMO CURTIS

Tony Curtis había sido un seductor nato en el Hollywood de los 50, pero de eso a convertirse en un maduro Casanova hay un abismo. El actor aceptó el reto en Casanova (1977), comedieta en la que lidió con Marisa Berenson, Britt Ekland, Marisa Mell, Sylva Koscina y otras bellezas de la época. Por una vez, el seductor fue seducido (y absorbido).

LA DECADENCIA

En La noche de Varennes (1982), de Ettore Scola, Marcello Mastroianni compuso la figura decrépita, crepuscular y muy digna de un Casanova que aún ruboriza a las damas y excita su líbido.