Pete Travis reconstruye el atentado de Omagh, que tuvo lugar en este pequeño pueblo de Irlanda del Norte en 1998, y muestra la utilización de las víctimas del ataque terrorista por parte de las instituciones políticas en Omagh , una película que se estrenó el pasado viernes en España.

"El terrorismo es una lacra de nuestro tiempo" señaló Travis durante la presentación a la prensa de esta película, producida y escrita por Paul Greengrass -el realizador de cintas de carácter político como Bloody Sunday -, y que consiguió el premio al Mejor Guión en el último festival de San Sebastián.

TEMA SENSIBLE

"Aquí hablamos de un tema que toca nervios muy sensibles. Es muy duro cuando haces una película a partir de una atrocidad como ésta que es todavía muy reciente. Tocas heridas que están al rojo vivo", comenta Travis, quien reproduce en la cinta los momentos previos a la colocación de la bomba en la calle más transitada del pueblo, la explosión y el desconcierto de los familiares ante un atentado que costó la vida a 31 personas, entre ellas dos niños españoles.

Pero Omagh no se queda ahí. Sigue los pasos de Michael Gallagher, portavoz de la Asociación de las Víctimas de Omagh (Omagh Support and Self Help Group ), para contar cómo estas familias se unieron para conocer la verdad y llevar ante la justicia a los culpables.

"La historia de estas familias es una muestra de valentía y esto había que contarlo sin demora", confiesa Travis, quien recuerda que fueron, precisamente, estas familias las que se acercaron a Paul Greengrass para convencerle de que llevara el atentado de Omagh al cine.

"En Irlanda había mucha gente preocupada por cómo iba a ser la película, pero cuando la vieron se dieron cuenta de que es fiel a las familias y de que en ella honramos a las víctimas, por eso la han acogido con calidez", dice Travis, quien confiesa que la sorpresa se la llevaron los irlandeses al descubrir que Omagh deja en evidencia cómo la policía sabía que el IRA Auténtico iba a llevar a cabo un atentado en el pueblo, pero no quiso hacer nada en aras del proceso de paz. "Lo que no sabían los irlandeses es lo que hizo o dejó de hacer el Gobierno y las instituciones -dice Travis-. Fue un shock verlo en la pantalla, pero dentro de esas instituciones también existen fuerzas progresistas que dan la bienvenida a historias como ésta.

La negociación en aras de la paz con los terroristas siempre es muy delicada, porque hay tipos que hace 20 años eran terroristas y ahora son políticos, lo que demuestra que hay una zona gris indefinida y complicada".

TRABAJO MINUCIOSO

Omagh es el fruto de más de dos años y medio de investigación sobre los hechos, interrogando a familias y a policías, con el fin de hacer una película verídica. Sin embargo, Paul Greengrass decidió encargar la realización de la misma a Pete Travis, algo excepcional teniendo en cuenta que él siempre dirige sus guiones. "Cuando me lo dijo le pedí libertad total y me la dio. Dicho esto, también hay que tener claro que sabía que no iba a convertir su historia en una historia de Hollywood. Omagh forma parte de la tradición, no sólo de Bloody Sunday sino también del cine de Gilo Pontecorvo, Costa Grava o Ken Loach, películas políticas que tuvieron relevancia en el mundo entero".

Tanto Grengrass como Travis quisieron que el peso de la película descansase en Gerard McSorley, un actor acostumbrado a papeles de duro que aquí realiza un verdadero ejercicio de contención que lo situó entre los favoritos a la Concha de Plata al mejor actor en el último festival de San Sebastián.