Primero Salomé y, luego, Torero , convirtieron a Chayanne en líder, junto a Ricky Martin, de un pop latino manufacturado en Miami con mucha coreografía sudorosa y mensajes de pasión eterna. El puertorriqueño no desfallece y lanza ahora su 19 disco desde que se integrara en Los Chicos: Cautivo , un trabajo en el que se acerca más al pop-rock que a los ritmos caribeños.

"Siempre trato de cambiar, pero siendo yo. Lo que hago en este disco lo llamo retro-contemporáneo; tiene un sonido actual con un poco de fusión con rock´n´roll y twist", asegura el divo. El título del disco, apunta, no deriva de la idea de prisionero sino de una acepción distinta: "Viene de lo cautivado que estoy por lo que hago; por mi carrera, mi familia... Refleja un estado de ánimo".

Vivir tan en primera línea de fuego del escaparate comercial hace de Chayanne no sólo un cantante sino un estratega discográfico. "Ambas facetas conviven totalmente --asegura--. Yo me preocupo por todo lo que pasa: llamo a la oficina, sigo la logística, estoy en contacto con los jefes de departamento..." Y, pese a operar dentro de una maquinaria tan descomunal, Chayanne considera que el público capta la sinceridad y espontaneidad de su mensaje.

"Lo que hago es creíble porque lo siento. Cuando algo es verdadero, la gente ve que lo disfrutas y que no es mentira. No pueden pillarte. Hago las cosas siendo yo, gustándome a mí, disfrutándolas yo y pensando luego en el público, pero sin sacrificar la verdad", sostiene.

Cuando se dio a conocer en España, a finales de los 90, sus canciones y su imagen ayudaron a construir un imaginario latino muy concreto: Caribe, ritmo, bikinis, mojitos. ¿Un poco simplista? "Hay mucho más que eso; una cultura latina, con cantidad de músicas y fusiones que se pueden hacer. Esa música siempre ha existido, sólo que la tecnología ha cambiado y ahora hay calidad para competir con otros géneros".

NUEVO GIRO

Pero Cautivo marca ciertas distancias con todo eso: apuesta por la balada inflamada y unos ritmos de vago sustrato anglosajón (rock y un poco de swing). Podría interpretarse como un intento de cambio de estrategia para captar el público estadounidense no latino. "No, los cambios han venido solos; el propio disco los ha pedido --dice el artista puertorriqueño--. Yo no puedo apartarme de mis raíces. Seguiré haciendo cambios, pero ese sonido seguirá ahí". Sin embargo, hace años que alerta de un posible disco en inglés. "¡No consigo terminarlo! Hay canciones listas, pero tiene que llegar el momento. Acceder al público de Estados Unidos siempre ha sido difícil, pero no imposible".