El embajador portugués, José Felipe Moraes, participó el pasado miércoles en la segunda edición de la Semana de Portugal organizada por la Escuela de Negocios ITAE. A juicio del representante luso, la integración de los dos países en la Unión Europea supuso la creación de unas condiciones únicas para trabajar en conjunto y resolver problemas de acuerdo a una "confianza mutua" y sin tener que estar siempre de acuerdo.

El embajador portugués puso a Extremadura como ejemplo de la calidad de lo que deben ser las relaciones entre Portugal y España, ya que, resaltó, en el lado extremeño hay una "voluntad política" de cooperación.

Además, se mostró optimista en el cumplimiento de la fecha prevista para el AVE Madrid-Lisboa, en 2010, y el transporte de mercancías por Sines, en el 2007, acordadas en la cumbre de Figueira da Foz y confirmadas en Santiago de Compostela.

Destacó la "labor de conciliación" desarrollada desde el Gabinete de Iniciativas Transfronterizas con sus encuentros anuales Agora y las obras publicadas en la serie Estudios de Portuga".

En el encuentro posterior con los alumnos de ITAE, el embajador portugués se refirió a la "práctica cotidiana" de las relaciones luso-españolas, sobre todo, en el intercambio de mercancías.

Según explicó, la exportaciones portuguesas hacia España han crecido un 14% en los últimos años con siete mil millones de euros, lo que sitúa a Portugal como el séptimo proveedor de España. Explicó que España debe convertirse en el espacio natural de expansión de las pymes portuguesas, ya que se comparte un mercado de 50 millones de consumidores, pero no sólo hacia Madrid, sino también hacia otras regiones españolas. Declaró también que el rasgo característico de la agenda bilateral es la franqueza y que ambas economías están en un proceso de integración, en el que es necesario garantizar la igualdad de oportunidades.