Italia festeja desde el 20 de febrero el primer centenario del futurismo, un movimiento artístico surgido en 1909 que exaltó el progreso y la modernidad hasta transformarlos en mitos. Autodefinido como la "cafeína de Europa", revolucionaría durante años todos los lenguajes figurativos del momento, considerados "académicos y burgueses", hasta llegar a una "reconstrucción futurista del universo". Exposiciones en Milán, Roma o París recuerdan la efeméride.