La popularidad de Harry Potter, que tiene una lechuza como mascota, ha disparado la demanda de estos animales entre los niños del Reino Unido, que suelen soltarlas cuando se hartan de ellas.

Estas aves viven más de 30 años, y la mayoría de chicos se cansan de ellas antes de acabar la adolescencia. Los ecologistas de este país recuerdan que liberar lechuzas es ilegal, ya que las posibilidades de que sobrevivan son mínimas. También instan a que estos animales se compren o regalen de forma responsable, para que no tengan que pagar el precio de un capricho.