Queja vecinal en Llopis Ivorra por la falta de presión del agua

Poner la lavadora, el lavavajillas o simplemente ducharse se han convertido en tareas casi imposibles para cientos de vecinos de Llopis Ivorra. La culpa la tiene la falta de presión de agua provocada por la antigüedad de las tuberías, tanto interiores de las viviendas como las generales. La mitad del barrio, según su presidente vecinal, Gregorio Talavera, padece esta situación.

El problema no es nuevo. El barrio, sobre todo los pisos más elevados, sufre el déficit de abastecimiento desde hace algunos años por la propia vejez de las instalaciones. Sin embargo, esta deficiencia se ha visto agravada en los últimos meses por el aumento del riego público al ampliarse las zonas verdes de la barriada, según confirmó ayer a este diario el concejal de Obras, Joaquín Rumbo de la Montaña.

Como solución provisional, el ayuntamiento ha modificado el horario de riego para "evitar las horas puntas y que no decaiga la presión cuando funcionan los equipos", explicó Rumbo, quien recuerda que la sequía invernal ha obligado a utilizar los sistemas de riego de forma continua.

ARREGLO EN VERANO El problema se solucionará definitivamente este verano, según anunció el concejal de Obras. El consistorio ultima el proyecto de reforma de toda la red general de tuberías de la barriada con una inversión prevista de 72.000 euros (12 millones de pesetas). "Se espera contratar las obras antes de verano para ejecutarlas a partir de julio, aproximadamente", aseguró Rumbo. "Será la solución integral para todo el barrio" , valoró.

La renovación de las canalizaciones generales será sólo un primer paso, ya que los vecinos tendrán que asumir por su cuenta el cambio de las instalaciones interiores de las viviendas, que tienen la misma antigüedad y, por lo tanto, sufren el mismo grado de obstrucción por la acumulación de cal. "Es necesaria también esta renovación si los vecinos quieren solucionar del todo el problema", apuntó Gregorio Talavera.

Este barrio se ha abastecido durante años del agua del Calerizo, que contiene más cantidad de cal que la del Guadiloba. También casi todo el vecindario tiene aún tuberías de fundición, que tendrán que sustituirse por cobre, que es el material que se instala actualmente.

Aunque Rumbo asegura que es menos de la mitad del barrio el que sufre el problema, reconoce que son varias las calles afectadas y que "están localizadas". El presidente de la Asociación de Vecinos las enumera: Venezuela, Chile y Uruguay, Perú, Guatemala, parte de la calle Colombia e incluso una pequeña zona de la avenida de la Bondad. En esta avenida se cambiaron las tuberías hace dos años.