Cita literaria

El ganador del premio Nadal, en Cáceres: "Quería replicar una atmósfera hostil para explicar la hostilidad de los personajes"

El escritor César Pérez Gellida pone broche a la feria del libro con su novela ambientada en la Extremadura del siglo XX y atrae a la caseta de presentaciones a un público notable a pesar de la lluvia

César Pérez Gellida.

César Pérez Gellida. / CARLOS GIL

Quiso el tiempo despedir la feria del libro de Cáceres con una jornada lluviosa. No obstante, ni la tarde desfavorable pudo con los lectores que quisieron estar presentes en la despedida de la última edición de la feria del libro que protagonizó el flamante ganador del premio Nadal, César Pérez Gellida (Valladolid, 1974) . El autor de la novela ‘Bajo tierra seca’ atendió a este diario antes de la presentación para hablar sobre el título que está ambientado en Extremadura.

-¿Cómo han vivido estos meses tras ganar el premio Nadal?

-Intensos. Desde que se falla el premio en enero y empiezo la promoción en febrero, no he parado. He estado recorriendo España, que, por un lado, está muy bien, porque en nuestra profesión que es muy solitaria, estás encantado de tener contacto con los lectores, pero es cansado. Estás poco tiempo en casa y a mí lo que más me gusta es escribir.

-Precisamente, en el oficio del escritor entra en conflicto ese ejercicio solitario de escribir con ese ejercicio posterior de presentarlo a los lectores, que es algo compartido.

-Totalmente. Cuando publico, esa novela es de cada uno de los lectores que la compran y la leen. Yo tengo mi interpretación de la novela, que es igual de válida que cada una de las interpretaciones de los lectores.

-¿Por qué se inspiró en Extremadura para su novela?

-Principalmente, porque quería replicar las condiciones en las que se encontró Belgunes, la mujer en la que está basada la novela, que es Antonia Monterroso. Belgunes llegó a una zona muy rural de Estados Unidos, el norte de Indiana, y yo he replicado las mismas condiciones, tanto en la época, 1917, como en la zona rural como era esta Extremadura de principios de siglo, donde el ingrediente del caquicismo estaba muy presente y era muy condicionador. La posesión de la tierra marca la diferencia porque poseer la tierra era sinónimo de riqueza. Los que no eran propietarios, que eran la mayoría, tenían que trabajarla a cambio de un jornal muy escaso. Quería replicar una atmósfera hostil para explicar el comportamiento tan hostil de los personajes de la novela.

-Hubo un sector que se mostró crítico porque hiciera ese retrato de esa Extremadura como tierra pobre y árida, ¿cómo lo valora?

-Están en su derecho de no aplaudir todo lo que les llega. Aquí lo aconsejable es que se lean la novela y vean cómo está retratada esa Extremadura. España de principios de siglo XX era complicada en su globalidad y Extremadura, en concreto, tenía ese condicionante de explotaciones latinfundistas que me interesaba mucho y por eso me decidí, pero no por recalcar una situación que, por otra parte, era la real, sino porque me encajaba para explicar la hostilidad de los personajes.

-¿Extremadura es inspiradora para escribir?

-Es una tierra que ha dado muy buenas páginas de nuestra historia. Esa hostilidad que han tenido que superar ha forjado ese carácter de los extremeños tan superador.

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