"Los tocinillos gustan mucho"
La venta de dulces ayuda a las monjas Jerónimas a cubrir gastos.
Sor Magdalena Ndanu Musembi nació en Kenia. Desde los 12 años quería ser religiosa. "Me vine a España en 1993" explica, "con la idea de ser una monja de vida activa, pero cuando llegué aquí conocí esta orden de clausura y acepté la voluntad de Dios". Sor Magdalena es la responsable del obrador del monasterio, en el que trabajan las 14 hermanas. La venta de esos dulces, unida a la ayuda de los cacereños, es lo que les permite mantener "la casa" como a ellas les gusta llamarla.
En la semana de todos los santos empiezan a preparar los polvorones. Por lo demás, todo el año ofrecen los mismos dulces. De ellos, tocinillos y trufas son lo que más demandan los cacereños. "En cambio, los madrileños prefieren las perrunillas" afirma sor Purificación.
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