El fiscal pide 57 años de prisión para 13 acusados de traficar con drogas
Imputados todos por narcotráfico, tres lo están también por tenencia ilícita de armas.
Apenas un mes después de que en la Audiencia Provincial se celebrará un macrojuicio por tráfico de drogas, de que fueran juzgados 11 presuntos narcos --se condenó a cinco de ellos--, en la misma Sala se sentarán hoy en el banquillo de los acusados otras 13 personas imputadas por hechos similares, otros 13 presuntos miembros de otra red cacereña de narcotráfico.
También, como en el caso anterior, las detenciones de los 13 acusados contra los que hoy se inicia el juicio --está previsto que la vista se desarrolle en dos jornadas, las de hoy y mañana--se derivaron de intervenciones telefónicas. Escuchas que, entre los meses de febrero y mayo del año pasado, llevaron a la detención de Jaime M. H., Angel S. V., su mujer Angela S. S., Alfonso B. D., Cristian A. M., Abel C., Vicente G. C., Rafael A., Félix S. M., Antonio C. M., su padre Antonio C. P., Isabel M. V. y Goni K.
A todos ellos acusa el fiscal de delitos contra la salud pública, tráfico de drogas, y a algunos también de tenencia de armas prohibidas, como es el caso de Abel C., Antonio C. M. y Antonio C. P.; y las penas que para ellos solicita suman 57 años de prisión y 263.500 euros en multas.
La operación policial que llevó a la detención de estos presuntos narcos, bautizada con el nombre de Operación Laberinto , se inició en febrero del 2009, pero no se hizo pública hasta principios de junio, cuando responsables de la Comisaría de Cáceres informaban de la detención de 13 presuntos miembros de un grupo organizado, de entre 23 y 62 años, y la intervención de más de 10 kilos de hachís, armas, vehículos y diversos útiles para la preparación y venta de droga.
La investigación, por parte de funcionarios de la Comisaría de Cáceres dedicados a la represión del tráfico de estupefacientes en esta ciudad, se había iniciado a raíz de tener conocimiento de la existencia de un grupo de individuos, residentes en Cáceres, que mantenían contactos con personas del sur de España y de la localidad pacense de Don Benito y que se podían estar dedicando al tráfico de drogas. Dada la dificultad de acometerla de forma simultánea, se indicaría entonces, los responsables de la investigación optaron por realizarla en fases espaciadas en el tiempo.
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