Aprender música desde el vientre materno. Este es el objetivo que se plantea para el próximo curso la Fundación de Música y Artes Escénicas de Cáceres (Femae) con madres embarazadas. El nuevo método permitirá que madres y recién nacidos vayan educando el oído en una experiencia que ya se ha puesto en marcha con éxito en otras ciudades del país a cargo de las escuelas de música Luis Estrella.

Este especialista con largo recorrido en la enseñanza musical ya se ha encargado de formar a los docentes que impartirán los cursos en la sede de la Femae en la calle Gómez Becerra. "Se empieza a trabajar con las madres embarazadas a partir del sexto mes", precisa Estrella, asegurando que "el niño ya escucha los sonidos cuando está en el vientre de la madre, incluso antes del cuarto o quinto mes". Mediante un sistema en el que la mujer aprende canciones y poesías para que el niño se vaya familiarizando con ellas, el método de Luis Estrella permite que el recién nacido recuerde en la cuna esas piezas que cantaba la madre.

Posteriormente, cuando se empieza a trabajar con los de cero a cuatro años, las mismas composiciones que han escuchado se incorporan a la metodología en situaciones cotidianas como el baño o la comida. "Los expertos en pedagogía musical dicen que la musicalización de los niños comienza nueve meses antes de nacer, en el útero de la madre", subraya.

Originario de Alemania, este sistema de enseñanza se ha incorporado a la Femae mediante seminarios de formación a sus profesores tras pasar recientemente por Bilbao o Canarias y después del verano, en Madrid.

Un itinerario musical

En opinión de Antonio Luis Suárez, responsable de la fundación, esta nueva metodología puede extenderse hasta que el niño decide ingresar en el conservatorio o seguir en la Femae. "Lo que hacemos es que tenga un itinerario musical antes de nacer. Las neuronas se van activando a partir del sexto mes por medio de la música y la poesía", remarca el músico, que considera clave que las madres empiecen a participar en este ritual.

Además, afirma Suárez, esta metodología contribuye a que los niños tengan un grado más de inteligencia cuando llegan al colegio. El proceso de aprendizaje musical continúa luego hasta los cuatro años, momento en el que ya empiezan a utilizar instrumentos en clase. "Entonces comienza la creatividad y el desarrollo del oído", subraya.

Con el objetivo de formar a buenos músicos o, sencillamente, estudiantes, la metodología también introduce como otro factor que "el niño no toque siempre un órgano o un teclado, sino que se ayude de ellos para defender la estructura de la clase. Se le ofrecen toda la gama de instrumentos", dice Suárez. Porque la música también nace en el vientre materno.