Gran aficionado donde los haya, César García señala que la plaza cacereña "tiene mala defensa, es pequeña e incómoda". Por tanto, "las empresas concesionarias tendrían que venir a gastar dinero con buenos carteles y precios asequibles hasta generar una afición suficiente, pero ahora no realizan inversiones a medio o largo plazo", explica. ¿Cuál es entonces la solución? Su libro La plaza de toros de Cáceres, apuntes históricos , recorre la historia taurina de la ciudad y extrae una conclusión clara: "Esta plaza ha funcionado cuando la ha gestionado directamente el ayuntamiento o ha habido buenos empresarios, muy especialmente en los años 60 con Diodoro Canorea, y en los años 90 con Luis Alviz como gerente municipal", detalla.