Alarma en el Bloque B

El grito de Agustina en el barrio de Aldea Moret de Cáceres: aquí no hay quien viva

El lamentable estado de su vivienda, debido a las continuas humedades tras la rotura de una tubería, y los efectos secundarios que le han ocasionado problemas de salud imposibilitan su permanencia

Agustina López, residente en el Bloque B del barrio cacereño de Aldea Moret, señala la humedad y las pésimas condiciones en las que se encuentra la cocina de su domicilio.

Agustina López, residente en el Bloque B del barrio cacereño de Aldea Moret, señala la humedad y las pésimas condiciones en las que se encuentra la cocina de su domicilio. / Jorge Valiente

Una vez derribado el Bloque C de la calle Río Ródano en Aldea Moret, icono de la degradación y la marginalidad en Cáceres, los problemas en el barrio se trasladan a otras zonas contiguas. Una de ellas es el Bloque B, situado justo al lado, donde el deterioro y las malas condiciones saltan a la vista. En una de las viviendas reside Agustina López Sáez, de 61 años, quien denuncia las condiciones deplorables en las que se encuentra su vivienda, que le fue adjudicada por el ayuntamiento en abril de 1988. «Así no puedo seguir más, esto no se puede consentir».

La vecina cuenta cómo el pasado mes de octubre, mientras ella se encontraba fuera del domicilio, se produjo una rotura en una de las tuberías de la comunidad. «Desde al ayuntamiento nos han dicho que el problema se produjo en una de las bajantes». Al regresar, se encontró la vivienda repleta de humedades y, desde entonces, subsistir allí se ha vuelto prácticamente imposible para ella. «He tenido que irme a vivir a casa de mi hermana porque está todo el piso destrozado y aquí no se puede vivir», lamenta. 

Agustina cuenta cómo ha empezado a notar las consecuencias tras el incidente en toda la vivienda. «La cocina está destrozada, las paredes y el techo están estropeados, la madera de los muebles se ha hinchado y lo peor es que la humedad ha provocado que todo el piso esté repleto de moho por todas partes». Además, la toxicidad que desprende esta sustancia le ha conllevado diversos problemas de salud, dado que padecía previamente de una afección en el pulmón. «Tengo EPOC y esta situación ha provocado que haya tenido que estar ingresada en varias ocasiones. También me ha surgido una pequeña infección en la pleura, donde me han detectado un coágulo de sangre». Por si fuera poco, Agustina es asmática, lo que la ha llevado a convivir estos meses tomando antibióticos y corticoides diariamente. «En enero empecé a ir al centro de salud y, desde entonces, tengo la cara hinchada debido a los corticoides que estoy tomando para poder seguir viviendo, ya que si me los quitan acabo asfixiándome», comenta angustiada.

La afectada muestra los desperfectos que presenta su vivienda.

La afectada muestra los desperfectos que presenta su vivienda. / Jorge Valiente

Asimismo, asegura que las labores de limpieza no surten efecto debido a la fuerte humedad que afecta a todas las zonas de su vivienda. «Tengo que mandar a una mujer para que venga a limpiarlo cada dos por tres porque la humedad no desaparece», asegura mientras muestra los recipientes que tiene distribuidos por toda la casa para absorber el agua que se acumula constantemente.

Ante esta situación, Agustina pretende que desde el ayuntamiento le otorguen una nueva vivienda que esté en condiciones para ser habitada. «He trabajado toda la vida, ahora estoy sacándome el graduado para trabajar en el ayuntamiento y cotizar el año que me queda, por lo que creo que merezco una vivienda que esté en condiciones de ser habitada».

Por todo ello, reclama una respuesta rápida por parte de las autoridades, con las que ha estado en contacto desde que ocurrió el suceso. «He hablado con la concejala y le he rogado que me den una solución cuanto antes». También afirma que se ha comunicado en varias ocasiones con el alcalde, Rafael Mateos, quien le comentó hace varias semanas que estaban trabajando para resolver la situación lo más rápido posible.

Malestar general en el barrio

Precisamente este diario publicó la pasada semana un reportaje sobre la situación en la que se encuentran actualmente los barrios cacereños de Aldea Moret y Llopis Ivorra. 

En él, varias voces expresaban las realidades del día a día y los desafíos a los que se enfrentan diariamente y denunciaban tanto la desigualdad como el abandono que sufren sus residentes, el cual se hace visible debido a las malas condiciones que presentan sus infraestructuras, la falta de limpieza en sus calles o la inseguridad por la escasa presencia posicial en la zona. A su vez, sus vecinos protestaban por la inoperancia y la falta de inversión por parte de las autoridades locales, poniendo de manifiesto la multitud de carencias que presentan estas comunidades, así como la evidente necesidad de mejorar sus condiciones de vida, lo que les ayudaría a integrarse plenamente en el desarrollo de la ciudad cacereña.

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