PUNTO Y FINAL AL EDIFICIO DE LA MARGINALIDAD
Las máquinas tumban el Bloque C de Cáceres
Las grúas evidencian ya el esqueleto del inmueble en su parte lateral
Todavía restan semanas para terminar de demolerlo al completo
Fue desalojado en 2009, ya convertido en un mercado de la droga y en un foco de delincuencia y crimen
Varias semanas de derribo (desde que comenzaran los trabajos hace un mes) les aguardan aún a los residentes de Aldea Moret para ver reducido a escombros el ignominioso Bloque C, ya que se optó por una demolición denominada “elemento a elemento”. Pero las máquinas ya muestran el esqueleto de este inmueble, al menos en su parte lateral, que ha sido calificado como "monumento a la marginalidad". Sin embargo, la vida en el antiguo poblado minero apenas se ve perturbada por este hecho histórico. "Han pasado ya tantos años desde que lo tapiaron que ya ni le damos importancia", comenta un vecino del Bloque B que observa desde su ventana el derribo.
Sin colapso
Dada la naturaleza del edificio y el lugar que ocupa dentro del casco urbano de la ciudad, se optó por no emplear, bajo ningún concepto, el sistema de demolición por colapso. Por lo que no tendremos la imagen del inmueble desapareciendo en cuestión de segundos, sino que asistiremos a su desmantelamiento estructural; muy similar al desmantelamiento sufrido durante años de vandalismo. Aldea Moret y Cáceres dice adiós al bloque de la vergüenza como si de una lenta agonía se tratara.
De hecho, el inmueble se encuentra en mal estado de conservación debido, principalmente, al mal uso, a la falta de mantenimiento y a ese vandalismo al que ha estado sometido durante años. Es por ello que, tras desalojar a sus ocupantes, se procedió al tapiado de los huecos más cercanos a la vía pública para evitar el acceso al mismo.
El solar, que sirve de soporte a la edificación a demoler, tiene forma regular rectangular, con una superficie de 1.500 metros cuadrados, constituyendo por sí solo una manzana cerrada con patio.
El cálculo de costes se aproximaba al millón de euros cuando se anunció el derribo en la legislatura pasada, ya que fue una promesa electoral que realizó el ex alcalde Luis Salaya en la campaña de 2019, que calificó el inmueble de “monumento a la marginalidad”. Los trabajos se adjudicaron finalmente por un coste que ronda los 600.000 euros.
Desalojo, delincuencia y crimen
Fue desalojado en 2009 por la entonces alcaldesa Carmen Heras ya convertido en un mercado de la droga y en un foco de delincuencia y crimen, con el hallazgo de una mujer emparedada en 2006. Un año antes había fallecido otro inquilino tras una reyerta. En 2008 fue encontrado un hombre muerto por sobredosis.
Por si este bagaje fuera poco, los vecinos han tenido que vivir 14 años más ante un coloso vandalizado, decrépito, tapiado, sucio y ruinoso, en el que se ha expoliado todo lo vendible (chatarra, cableado, tuberías…). En los últimos tiempos (antes de iniciar su derribo), en las 48 viviendas sólo habitaban ya basuras, insectos y ratas.
Futuro en el aire
“Lo que nosotros habíamos planteado esdejar ese espacio como zona verde, ajardinar y hacer un pequeño parque en esa parcela, pero antes de tomar una asociación definitiva, con las dos asociaciones de vecinos de Aldea Moret, para que ellos nos trasladen su opinión y tomar una decisión”, señalaba hace unos días el alcalde de Cáceres, Rafael Mateos. No obstante, se consensuarán las opciones de futuro con los vecinos.
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