La situación de los barrios del sur

Llopis y Aldea Moret: la brecha de la desigualdad en Cáceres

Historias como la de Andoni, Isidora, José María o Antonio nos ponen en la piel de aquellos que, por diferentes motivos, sufren los problemas y las desigualdades de estas dos barriadas de Cáceres cuyos residentes reclaman un trato equitativo respecto al resto de barrios de la ciudad

Andoni Gorostidi.

Andoni Gorostidi. / Carlos Gil

Testimonios como los de Andoni, Francisco Javier, Isidora, José María, Antonio, Emilio y María Antonia y tantos otros vecinos de Llopis Ivorra y de Aldea Moret, dos barrios ubicados en el distrito Sur de Cáceres, ponen de manifiesto las desigualdades y el abandono que sufren sus residentes. Al conversar con algunos de ellos, surgen voces que expresan las realidades del día a día a las que se enfrentan, arrojando luz sobre la necesidad de abordar sus problemas y encontrar soluciones que les permitan integrarse plenamente en el desarrollo de la ciudad cacereña.

Pese a los desafíos y retos diarios que afrontan los vecinos de ambos barrios, todos lo hacen mostrando un espíritu de lucha conjunta que les ayuda en su pelea diaria por salir adelante

Los vecinos de Llopis Ivorra y Aldea Moret lamentan la falta de mejoras y soluciones

Es el caso de Andoni Gorostidi, un vecino de Llopis Ivorra de avanzada edad y con problemas de visión y movilidad, quien denuncia la mala situación de las infraestructuras de la zona. Es por ello que, ante la cuestión de qué mejoras necesita el barrio, su respuesta es clara: «No voy a quedarme en casa, pero quiero que me faciliten la vida para poder salir a la calle y no hacen nada para ello». Entre sus principales quejas está la incorrecta colocación de los vados peatonales, cuya función es favorecer el paso a las personas para cruzar por los pasos de cebra. Sin embargo, Andoni denuncia que no se han colocado correctamente. «Es cierto que han puesto pasos de peatones, pero no en el sitio donde se encuentran las bajantes para acceder a ellos», afirma. 

A su vez, denuncia que los semáforos no emiten sonidos y que ello supone un peligro para las personas con limitaciones a la hora de cruzar de una acera a otra, como es su caso. «Tengo que tener muchísimo cuidado porque no veo la luz, solo veo bultos. Los vecinos me avisan porque me conocen y saben cuál es mi situación». Además, señala que el semáforo situado en el cruce entre la calle Colombia y la avenida de la Bondad no ha estado en funcionamiento hasta hace escasas semanas, siendo una zona de peligrosidad por el lugar donde se ubica. «En este cruce ya ha habido varios accidentes y algún día va a pasar algo grave».

Isidora González, a la derecha.

Isidora González. / Carlos Gil

Durante la campaña electoral nos escuchan y realizan promesas que luego quedan en el olvido

Sobre el estado de las calzadas, reconoce que se han realizado mejoras en el asfalto ya que «por algunas calles daba pena pasar». Para revertir la situación actual, asegura que han llevado a cabo varias solicitudes al ayuntamiento y han informado a través del representante del barrio, pero continúan sin respuesta por parte de las autoridades. «Se ha informado de ello pero no nos hacen caso», concluye resignado. 

Francisco Javier Barrantes.

Francisco Javier Barrantes. / Carlos Gil

En la misma línea se pronuncia Francisco Javier Barrantes, propietario de la churrería Barrantes, de la calle Colombia, quien señala que «hay aspectos que urge solucionar». Entre los más importantes, a su juicio, se encuentran los relacionados con la escasez de zonas de aparcamiento y los problemas con los acerados. Barrantes reclama que se han ampliado recientemente varios de ellos, pero «en concreto en esta calle el 90% de la gente pasa por el lado que justo no han corregido, ya que es donde se encuentran todos los comercios».

Sobre las zonas para el estacionamiento de vehículos, indica que cada vez se limita más a los conductores la posibilidad de aparcar debido a la constante reducción de las zonas habilitadas para ello. «Han quitado muchos aparcamientos en la zona y cada vez va a más». Acerca de la seguridad en el barrio, denuncia que en los últimos meses han entrado en varias ocasiones a robar en su local, ocasionándole pérdidas en su negocio.

Exigen a las autoridades locales mayor inversión en infraestructuras, limpieza y seguridad

Por su parte, Isidora González, vecina de la calle Uruguay, refleja la simpatía que caracteriza a la mayoría de los habitantes del barrio de Llopis. Esta madre de familia centra sus quejas en el deterioro del parque ubicado al lado de su vivienda. «Los árboles no se podan con regularidad y han cortado el agua de las fuentes sin motivo, además de que los jóvenes vienen a cualquier hora del día y dejan todo lleno de suciedad». De igual forma, se queja por las trabas que tienen los más pequeños para acceder al parque en un entorno donde, según comenta, «los perros están todo el día sueltos campando a sus anchas». Ante todos estos problemas y la continua escasez de soluciones, Isidora reconoce ir perdiendo poco a poco la esperanza por revertir la situación. «Han venido varias veces pero no hacen nada. Durante la campaña electoral nos escuchan y realizan promesas para mejorar la situación que luego quedan en el olvido». 

Asimismo, Jose María Barrantes y Antonio Calvo, ambos vecinos de Llopis desde que tienen uso de razón, manifiestan su preocupación por la falta de limpieza en las calles del barrio. «Las calles están sucias continuamente y, aunque los camiones de limpieza pasan regularmente, hacen la vista gorda», señalan ambos en referencia al exceso de hojas y suciedad que se acumula debajo de los coches. «Es un problema que no viene de ahora, llevamos denunciándolo muchos años. Sentimos un trato diferente con respecto a otros barrios y no hacen nada para cambiarlo», subrayan.

José María Barrantes y Antonio Calvo, vecinos del barrio de Llopis Ivorra.

José María Barrantes y Antonio Calvo, vecinos del barrio de Llopis Ivorra. / Carlos Gil

Sentimos un trato diferente con respecto a otros barrios y no hacen nada para cambiarlo

De igual forma, los residentes del barrio de Aldea Moret se enfrentan a problemas similares y lamentan la falta de soluciones y mejoras por parte de las autoridades. Con más de 6.000 habitantes, esta barriada registra una de las tasas de paro más elevadas de toda la ciudad y presenta infinidad de obstáculos y dificultades diarias que van más allá de sus problemas económicos.

Así lo manifiesta Emilio Montaña, uno de sus vecinos, quien expresa los peligros a los que se enfrentan, especialmente los más pequeños, por la falta de badenes que limiten la velocidad de los coches en algunas zonas, así como la necesidad de instalar pasos de peatones para facilitar el acceso a zonas como la entrada al colegio. «Los niños están todo el día en la calle jugando y los coches pasan a toda velocidad. Hasta que no ocurra una desgracia no van a poner remedio. Considero que somos ciudadanos de pleno derecho y nos merecemos los mismos servicios que el resto de barrios de Cáceres».

Ante el estado del Bloque C de la calle Ródano, el cual fue derrumbado recientemente debido a su mala situación, sostiene que aún no les han comunicado qué pretenden hacer con él. «El edificio se cerró en 2010 y hasta hace poco no lo han demolido. Además, el solar que tenemos se llena de barro cada vez que llueve», declara evidenciando su disconformidad con la situación. «Lo que han hecho aquí es un lavado de cara y a otra cosa», concluye.

Emilio Montaña.

Emilio Montaña. / Carlos Gil

Somos ciudadanos de pleno derecho y merecemos los mismos servicios que el resto de barrios

Una opinión que refrenda María Antonia González, dueña de la Farmacia Ortopedia Aldea Moret situada en la calle río Danubio, quien evidencia el abandono del solar tras su demolición. «Está todo lleno de basura y hasta donde yo sé no se pretende realizar nada a corto plazo».

A su vez, pone de relieve la falta de inversión en la zona por parte de las autoridades locales. En su opinión, el barrio requiere de la creación de espacios sociales que ayuden a las personas que viven en soledad a salir adelante. «Se han realizado propuestas, pero todo depende de la importancia que le den a las cosas y de la inversión que se quiera realizar. Lo que es evidente es que la población que vive aquí se siente desatendida», manifiesta.

María Antonia González.

María Antonia González. / Carlos Gil

En definitiva, la multitud de quejas y denuncias por parte de los vecinos de Llopis Ivorra y Aldea Moret exteriorizan su disconformidad con el presente y el futuro de estos barrios, donde, según denuncian sus residentes, la inoperancia y la falta de inversión por parte de las autoridades locales ponen de manifiesto las carencias y las necesidades que presentan sus comunidades.

Ayuso demanda soluciones

José Antonio Ayuso continúa con su lucha constante y persistente contra los mandatarios y representantes locales. El actual presidente de la Agrupación de Asociaciones de Vecinos de Cáceres, encargado de velar por los intereses de los habitantes de estas barriadas, lamenta, entre otras cosas, la falta de seguridad y la escasa presencia de las autoridades policiales. En concreto, menciona lo ocurrido con la oficina de Policía Local construida en 2022 en Aldea Moret, la cual por el momento no ha llegado a estar en funcionamiento. «Esto es solamente humo que venden los gobiernos municipales». Igualmente corrobora los problemas de infraestructuras denunciados por sus vecinos. «Pedimos soluciones continuamente, pero pasan los años y no se avanza nada», comenta. 

José Antonio Ayuso.

José Antonio Ayuso. / Francis Villegas

Sobre las acciones o iniciativas que está llevando a cabo para revertir la situación, asegura que a principios de año envió un nuevo escrito al actual alcalde, Rafa Mateos, haciéndose eco de todas las dificultades que presentan los vecinos de estos barrios. Sin embargo, afirma que aún no ha recibido contestación por parte del gobierno local. «Es desesperante. La única respuesta por su parte es el silencio administrativo». 

Además, expone su indignación porque «cada año se presentan unos presupuestos destinados a realizar mejoras en los diferentes barrios de la ciudad, pero el reparto no es equitativo y las inversiones en estas zonas periféricas nunca se llevan a cabo en su totalidad por el gobierno de turno». Finalmente, pide la acción de las autoridades ante la situación actual. «Que la voluntad política sea mucha y que no se olviden de los barrios periféricos, que son los más necesitados y descuidados».

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