Es uno de los estudios más fidedignos que existen en el país y refleja al detalle la evolución de cada uno de los 3.245 municipios de más de 1.000 habitantes. El Anuario Económico de España, realizado por La Caixa, permite analizar la situación de la capital cacereña a lo largo de la crisis, el impacto sobre los distintos sectores, el empleo y otras variables desde 2007 (cuando comenzó el bache económico). A falta de sumar los datos definitivos de 2013, que con seguridad no aportarán ninguna mejoría, sino al contrario, el estudio evidencia las heridas de la crisis con fuertes caídas en actividades clave para la capital cacereña.

El comercio, uno de los principales motores de la ciudad, ha sufrido un descalabro del 22,2% desde el inicio de la crisis. Dicho de otro modo, 2 de cada 10 negocios se han venido abajo. Los minoristas han descendido desde los 2.167 contabilizados en 2007 hasta los 1.687 registrados a 1 de enero de 2013. La cuarta parte de las tiendas que siguen adelante están relacionadas con la alimentación (416); de ellas la gran mayoría (372) son pequeños comercios tradicionales, y el resto supermercados (44). También destacan las de vestido y calzado (249), y hogar (246).

Por su parte, el comercio mayorista suma un total de 286 negocios en la capital cacereña. Los más numerosos están relacionados con materias primarias agrarias, alimentación, bebidas y tabaco (102), pero también con productos farmacéuticos, perfumería y hogar (26), y comercio al por mayor interindustrial (62).

Respecto a las actividades de restauración y bares, se han reducido un 10% entre 2007 y 2012, hasta las 627 contabilizadas por el anuario. Este porcentaje indica que se han cerrado una de cada diez pese a tratarse de otro sector esencial para el empleo.

La variación de las actividades industriales y de construcción en este mismo periodo ha sido menor, concretamente del -0,6%, hasta quedar en 997, muchas de ellas dedicadas a construcción (709) y el resto a industria propiamente dicha (288), especialmente en las ramas manufacturera (146), transformación de metales y mecánica de precisión (67), y energía y agua (41). Por su parte, las oficinas de entidades de depósito también han tenido una fuerte caída del 16% entre 2008 y 2013, pasando de 90 a 74.

Evidentemente, con estos datos el empleo se resiente en la ciudad. El paro registrado entre la población cacereña potencialmente activa se ha elevado de un 7,9% en 2007 hasta un 16,2% en 2012, o lo que es lo mismo, se ha duplicado en solo un lustro. El tramo de edad más afectado comprende de 25 a 49 años (18%), seguido de 50 a 64 años (14%) y por último los jóvenes (11%).

EN POSITIVO Otros capítulos sí han evolucionado favorablemente, por ejemplo la cuota de mercado, cuyo índice ha pasado de 201 a 202 en este periodo tan complicado. Eso quiere decir que la capacidad de compra o consumo no se desploma en la ciudad pese a los tiempos. Asimismo, el Indice de Actividad Económica crece desde 2006, subiendo de 106 a 141, y el Indice Turístico sigue el mismo camino, escalando de 85 a 90.

Curiosamente, el número de líneas de teléfonos fijos se ha elevado en la ciudad de 37.730 a 40.741 (aumento del 8%). Según los últimos datos, en Cáceres existen 21.862 líneas de banda ancha. El parque móvil también resulta significativo. Lejos de reducirse, ha subido de 61.760 vehículos a motor en 2007 hasta 68.628 en enero de 2013 (+11%). Este aumento afecta a dos segmentos importantes: tanto automóviles (11%) como camiones y furgonetas (4%).