En 1995, el estadounidense Greg Glassman ideó un entrenamiento para cuerpos y fuerzas de seguridad del estado. Rápidamente se dio cuenta de que calaría en el personal civil y montó, meses después, el primer gimnasio de Crossfit, práctica que se extendió como la pólvora por todo el mundo. En Cáceres recogió el testigo Juan Gómez, que regenta Enso Crossfit en la calle Juan de la Cierva, el único centro en la provincia, desde el 2013. "Mucha gente viene aburrida de otros sistemas y los resultados que obtienen aquí son muy buenos", afirma.

"Glassman creó un entrenamiento a base de cosas que ya existían. No inventó nada, pero sí la forma de combinarlas", apunta Gómez, que enumera las tres características del Crossfit: se utilizan ejercicios funcionales, que engloban grandes cadenas musculares; se ejecutan a una intensidad alta aunque ajustada a cada usuario; y varía continuamente para que el cuerpo no se acostumbre, sea menos rutinario y más motivante. "Además, y aunque ayuda, no hace falta una base previa. Aquí trabajamos con grupos pequeños, por lo que cada uno va a su nivel".

"Como dicen los americanos, no usamos máquinas, las forjamos", ilustra Gómez, que ha acometido una ampliación ante la gran demanda de la ciudadanía cacereña. El precio; por 49 euros al mes puedes realizar 3 sesiones semanales.