«¿Te has plateado tener por oficina la naturaleza? ¿No prefieres ser tu propio empleador en una empresa de futuro? Éstas son las condiciones de aquel que decide vivir de lo que da la tierra, de los que pastorean y recolectan, de los que transforman la energía del sol y nos dan alimentos y calor, de los artesanos naturales, de los que hacen de la naturaleza una economía, y del mundo rural su hogar. Si te planteas echar raíces, practicar un trabajo real, Acebo te ofrece una oportunidad». Ésta es la entrañable invitación que realiza el municipio a través de la web ‘www.vivirenacebo.es’, en la que explica el proyecto de cesión gratuita de tierras para quienes quieran vivir y trabajar en el pueblo.

«Solo se necesitan dos condiciones: tener un proyecto agrario, ganadero o de transformación, y venirse a vivir a Acebo. Y una tercera indefinida: tener ganas de trabajar», dice la web, que ofrece todo un alegato de los valores del municipio para dar razones de peso a quienes lo estén reflexionando. «Es un pueblo con vida, con más de 600 vecinos, con su herencia rural todavía visible y con un patrimonio natural de grandes posibilidades», subraya. Además, se trata de una población de montaña «rodeada de una bella naturaleza y la presencia fértil y generosa de abundante agua». Cuenta incluso con un microclima que facilita el cultivo de diversos frutales, sobre todo naranjos y limoneros.

El proyecto se apoya en vídeos y profusión de fotografías que muestran la magia de este rincón serragateño. Pero, sobre todo, la web destaca los servicios que facilitan la vida a sus vecinos presentes y futuros, insistiendo en que es un pueblo vivo: el colegio, el consultorio médico de Acebo (el centro de salud de Hoyos tiene Urgencias a solo 6 kilómetros y el hospital de Coria está a 40 minutos), la biblioteca municipal, piscinas naturales, red de senderos, instalaciones deportivas (frontenis, pádel, gimnasio, pista polideportiva...), parque infantil, parque de mayores y autobús diario a Cáceres, Madrid, Salamanca, Bilbao, San Sebastián...

Acebo recoge también el legado de una honda cultura rural: su arquitectura, su historia, su folclore, pero sobre todo su tradición encajera, con talleres artesanos de bolillos herederos de un oficio que fue sin duda el más importante de su pasado.