La Iglesia de Cáceres tramita el primer enterramiento dentro de un templo en treinta años

La Fundación Benéfico Caritativa Severiano Rosado Dávila y la parroquia de San José están tramitando, con la autorización del obispado, la obtención de una licencia para la construcción de una fosa para enterramiento en el presbiterio del templo parroquial de San José. Será para Severiano Rosado, quien fue párroco de San José durante medio siglo, cuando fallezca. El sacerdote reside en Cáceres, en la residencia de Nuestra Señora del Rosario, uno de los dos centros para mayores que creó en La Zambomba. En esta dependencia recibe atención asistencial y sanitaria.

Es el primer caso de un enterramiento en la ciudad dentro de un templo en los últimos treinta años. El anterior fue el del obispo Jesús Domínguez, que está enterrado en la concatedral de Santa María, lo mismo que su antecesor Manuel Llopis Ivorra.

La idea de que su tumba esté dentro de la iglesia se planteó a comienzos del pasado verano y se hizo pública ayer cuando en el Diario Oficial de Extremadura apareció el anuncio por el que la solicitud de licencia y el expediente se someten a información pública durante un plazo de quince días para que se puedan efectuar alegaciones. Es parte del procedimiento administrativo que se tiene que seguir para autorizar una tumba dentro de una iglesia. Una vez completado el expediente en el ayuntamiento se tendrá que remitir a la dirección general de Salud Pública, que es la competente para dar la autorización de la construcción.

La intención tanto de la parroquia como de la fundación es reconocer la labor que el sacerdote realizó en la parroquia de San José. Severiano Rosado nació en Guijo de Galisteo hace 88 años. Se ordenó sacerdote en 1952 y los primeros lugares donde desarrolló su labor pastoral fueron Casares de Hurdes y los pueblos nuevos del valle del Alagón.

MEDIO SIGLO / El 10 de noviembre de 1958 se fundó la parroquia de San José, decisión que fue efectiva el 1 de enero del año siguiente. Un mes después, el 31 de enero de 1959, empezó su labor como párroco, función que desarrolló durante medio siglo, tiempo en el que, además del trabajo pastoral y en la diócesis, creó dos residencias para mayores en la urbanización La Zambomba, los centros pastorales de Las Acacias y de Cristo Resucitado y el colegio Nazaret, que en principio estuvo en La Madrila hasta su traslado a La Mejostilla y que actualmente ya es de una cooperativa de profesores.

El ayuntamiento le nombró hijo adoptivo de Cáceres en un acto que se celebró el 26 de junio de 2012. Al día siguiente, junto al reportaje del acto, se publicó en este diario una semblanza de Severiano Rosado realizada por el historiador Manuel Vaz Romero en la que de forma resumida aparecían algunas de las características de la personalidad del párroco y de su faceta de viajero.

Empezaba Vaz Romero recordando que Severiano Rosado es un sacerdote «singular» que durante su etapa al frente de San José «unió sus dotes parroquiales a las virtudes humanas enraizadas en el ajetreo de la gente de la calle, que lo admira por sus cualidades de cura cercano, sencillo y emprendedor, siempre llevando su mochila de apóstol llena de proyectos en una comunidad eclesial que nunca fue de paso».