Celia tiene trece años, tantos como ediciones ha venido a la Marcha por la Paz. Sus padres la traían en el carrito siendo ella un bebé y, años después, continúa viniendo porque «para que haya paz en el mundo, tenemos que promoverla». «Me gustaría que todos los países organizaran una marcha por la paz como esta una o dos veces al año porque es una buena forma de pensar en ella».

Carmen, se instaló en Cáceres hace ahora cuatro años, a donde llegó procedente de la ciudad condal. Desde hace tres, esta mujer de 78 años es fiel a la Marcha por la Paz. Su deseo «es muy amplio pero me gustaría empezar porque todos pensáramos bien de los demás».

XVI edición / La Marcha por la Paz se celebra en Cáceres desde hace 16 años, cuando aquel 11 de septiembre de 2001 tuvieron lugar los atentados de Nueva York. Nació para proclamar al mundo «que las religiones tienen que estar a favor de la paz y no pueden utilizarse como pretexto para el terrorismo o cualquier otra forma de violencia», cuenta a este diario Rafael Delgado, delegado de Relaciones Interconfesionales de la Diócesis Coria Cáceres.

Y es que interconfesional es esta Marcha por la Paz en cuya organización participan las cinco creencias religiosas con presencia en la ciudad: Católicos, protestantes, budistas, islámicos y la comunidad Bahá’i.

Mil personas / Como en años anteriores, la iniciativa pacifista reúne a un millar de personas, que inician la marcha en la estatua de Gabriel y Galán y finalizan en el kiosko de música, donde tiene lugar la lectura del manifiesto, elaborado por representante de estas cinco religiones.

El lema de esta XVI edición ha sido ‘Entrelazados por la paz’ y miembros de la organización repartían entre los participantes unos corazones confeccionados por un centenar de alumnos de primaria del colegio Paideuterion.

Con este lema, «queremos decir que las diferentes religiones vivimos entrelazadas formando un tapiz en el que todos somos necesarios para construir la paz desde nuestra diversidad», declara Delgado.

El manifiesto leído al finalizar la marcha ha sido consensuado por las cinco confesiones. «Esta es una marcha que tiene sentido porque tú estás aquí», ha podido escucharse en el céntrico paseo de Cánovas. El mensaje incidía, tal como explicó Delgado, en la idea de que «el conjunto de la sociedad humana crea un hermoso tapiz compuesto por hilos de diferentes texturas, formas y colores que somos tú y yo, que somos nosotros».

«Cada individuo, cada comunidad --continúa el manifiesto-- cada expresión de espiritualidad, son hilos que se entrelazan formando el tejido de la humanidad, en el cual crecemos, aprendemos, amamos y vivimos», como la joven Celia, que en sus trece años ha pasado de gatear a caminar en la Marcha por la Paz.