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LA RELACIÓN DE LOS CAMBIOS ESTACIONALES CON LAS EMOCIONES

«La primavera altera al cerebro»

La psicóloga cacereña Laura Guerra explica los efectos que causa en algunas personas el síndrome de astenia primaveral y el agravio en las que padecen un cuadro psicopatológico previo

«La primavera altera al cerebro»

La estación de las flores en la que nos encontramos hace honor al refrán y altera la sangre literalmente. Está demostrado por la ciencia que en primavera el cerebro libera diferentes hormonas como la oxitocina, relacionada con el deseo sexual, la dopamina, con el placer, y la serotonina, con los estados de ánimo. Todo ello se debe al aumento de luz y de temperatura, según recogen estudios científicos y reafirma la psicóloga cacereña Lara Guerra Mendoza. Pero este solsticio del año también altera las emociones y, pese a que por lo general «estamos más contentos», no en todos los casos el proceso es positivo.

Algunas personas desarrollan en este período lo que se conoce como síndrome de astenia primaveral, que puede provocar, en ocasiones, síntomas de cansancio, inquietud, irritabilidad, apatía, alteraciones del sueño, pérdida de apetito, cefaleas, problemas de atención y concentración, falta de motivación, etcétera. Producidos por la adaptación al cambio estacional, con una duración de 5 a 7 días. «Es una época difícil al ser una de las estaciones en las que estamos más inestables emocionalmente», añade.

No obstante, estos síntomas se agravian en personas que padezcan un cuadro psicopatológico previo como la ansiedad. «Se trata del trastorno más sensible a los cambios», argumenta. Tanto en primavera como en otoño aumentan los casos de depresión «y son más comunes los ataques de pánico, angustia e incluso suicidios», cuenta. El motivo principal es que «son las temporadas en las que más rápidamente cambia la exposición a la luz».

Ante esta situación Laura Guerra recomienda mantener una rutina con horarios regulares, procurar descansar y darle importancia a dormir bien, respetando las 7-8 horas de sueño. Además de ayudar al sistema inmunitario con una dieta equilibrada rica en frutas y verduras, hidratarse bien, practicar deporte, llevar a cabo actividades placenteras que generen bienestar, tener controlados los pensamientos negativos y pesimistas, así como canalizar las emociones. Sin embargo, si estas actividades no ayudan y los síntomas no remiten, lo que Laura recomienda es ayuda profesional de un especialista en salud mental.

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