La Asociación de Vecinos del Residencial Universidad ha solicitado al ayuntamiento una mejora en la prestación de autobuses que corresponde a su zona. Califican el servicio de «insuficiente» y estiman que la prestación no se corresponde de forma adecuada con las necesidades del barrio.

No es la primera vez que hacen una llamada de atención al consistorio respecto a la situación en la que se encuentran. Protestan también por el estado descuidado de las áreas públicas, que resulta especialmente preocupante en las calzadas, y de la falta de un mejor vallado perimetral que evite el paso de los jabalís que por la falta de agua en la sierra bajan a la ciudad.

Sin embargo, y tras el cierre de los caminos que conectaban la barriada periférica con San Marquino o San Blas, causado por la obra de la Ronda Sureste, su aislamiento se hace ahora más evidente que nunca.

«Desde el ayuntamiento dicen que la gente no utiliza el autobús. Claro, el problema es que no lo hacen atractivo. No te lleva a donde necesitas», explica Luis Fernando Figueroa, presidente de la asociación de vecinos.

La línea 6, que da servicio a la barriada, «no cumple esas características», por la frecuencia de sus paradas y el recorrido que realiza. Los residentes se quejan de que necesitan tomar un transbordo para llegar a su centro médico o a los colegios que les corresponden. Del mismo modo, consideran que no se tiene en cuenta la topología de su vecindario. «Vivo en la zona de arriba, y tengo que ir como mínimo una vez a la semana al centro de salud por la dolencia que sufro», cuenta José Antonio. «Ando pidiendo favores y dependiendo de que me lleven. En el autobús tengo que hacer transbordo, y luego me toca subir las cuestas».

Este punto de vista parece ser compartido por todos. «Tengo que subir con la compra, o con el carrito de mi nieto, cuando estamos en alerta naranja», expresa Manoli, también residente. «Tienen que mirar un poquito por nosotros, porque los impuestos los pagamos igual», concluye.