El tema del futuro de Cáceres me trae a la memoria el famoso microrrelato de Monterroso: «Cuando despertó, el dinosaurio todavía estaba allí», porque cada vez que un catovi sale de su cómoda ensoñación y trata de enfrentarse a la realidad se topa con un monstruo que nadie ha conseguido domeñar a lo largo de los siglos.

Es un monstruo inventado pues todas las ciudades del mundo tienen problemas aunque de diversa índole y trascendencia y todas ellas tratan de abordarlos uno a uno y logran solucionarlos, pero aquí se ha decidido que no hay varios problemas, aquí solo hay un problema: Cáceres es el problema y ese planteamiento no solo hace imposible encontrar la solución sino que ahonda la depresión colectiva y hunde a los cacereños en un pesimismo fatalista. «Así somos y tenemos lo que nos merecemos».

Cientos de veces se ha analizado la realidad cacereña, cientos de veces se han detectado las necesidades, cientos de veces se han señalado objetivos genéricos. Solamente varían en nombres adecuados a los tiempos en los que se dicen. Antes eran empresarios, ahora son emprendedores; antes el futuro estaba en la industria, hoy en el área del conocimiento. ¿ Para qué ha servido todo lo dicho y escrito? Para que hoy muchos hablen del imparable camino de la ciudad hacia el abismo y se pregunten ¿ pero es que tiene futuro Cáceres? Puesto que es imposible que tras tantos estudios no se hayan encontrado soluciones quizás la cuestión se reduzca a los valores de nuestra sociedad y la toma de decisiones.

Es preferible vivir cómodamente en la mediocridad que esforzarse en buscar la excelencia; es suficiente vivir del regalo y la subvención y no es necesario arriesgar; es más satisfactorio vivir en el conformismo que en el trabajo y el sacrificio; el premio que se obtiene mediante el esfuerzo no merece la pena. Contra esto es muy difícil luchar de manera que aunque hay algún héroe que pelea hasta su muerte creyendo que va a ganar lo más normal es que llega un momento en el que o claudicas y te adaptas o coges el petate y te largas.