No puede ser casualidad que en Caleros, la calle predilecta de la Virgen de la Montaña, luzca una placa que recuerde que José Luis Franco (Cáceres, 1949) conocido como ‘Franquete’ nació allí. Precisamente, el pasado año la icónica vía que ha sido testigo de la bajada de la patrona durante décadas conmemoraba su 50 aniversario como hermana de honor de la cofradía y el cacereño fue designado para ofrecer el pregón del novenario. Desafortunadamente, la pandemia obligó a posponer todos los actos y ha tenido que pasar un año para que el humorista pronunciara este jueves su pregón en el novenario más atípico en la historia de la capital cacereña.  

"He querido hacer un homenaje a todos. Esto nos ha dejado con la guardia baja pero el virus no ha podido con la solidaridad de los cacereños"

-Pronuncia el pregón un año después de lo previsto, ¿cómo lo ha afrontado?  

-Sin duda, ha sido el pregón más reformado de la historia. Hasta cinco o seis veces lo he retocado. Como hijo predilecto era el que faltaba, han tocado estas circunstancias y hay que lidiar con ellas. Yo no me he cansado de esperar y ha llegado. Cincuenta años en los escenarios y no tiene nada que ver porque vas de otra manera, en esto están presentes los dos, José Luis Franco, el jubilado, y Franquete, el humorista.

-Hace alusión a la paciencia.

-Claro, había que sacarla a relucir porque nos tenemos que vestir de paciencia para esperar a la virgen un año más.  

 -La Virgen no baja a la ciudad pero al menos este año si hay actos, aunque con formato reducido. 

-No estará con nosotros pero está en nuestro corazón, este año toca trabajar el recuerdo de cuando sí ha bajado. Y más cuando el año pasado se cumplieron los 50 años de la calle Caleros como hermana de honor de la patrona y no se pudo celebrar.

– Sin Caleros no se entiende la historia de la patrona pero tampoco se entiende la suya. 

– Lo curioso es que los dos presentadores del pregón, Santos Benítez y Teresa Sánchez Romero, y yo vivimos en Caleros. Yo nací ahí, me crié en Caleros y mi madre nos inyectó la fe en la Virgen de la Montaña, he sido un seguidor en todos los acontecimientos de la patrona y subo al santuario de la montaña dos o tres veces a la semana. Cuando me casé le regalamos un manto a la Virgen y todos los domingos soy uno de los fieles a la misa, mi vida ha estado muy ligada a la patrona. El cuadro del escenario durante el pregón me lo regaló la cofradía. Es especial.

– Aparte de Caleros, ¿alguna mención especial en su pregón?

– Es un homenaje a todos, a toda la gente que ha trabajado para que salgamos adelante. Esto nos ha dejado con la guardia baja pero el virus no ha podido con la solidaridad de los cacereños.  

– Crisis sanitaria, económica, ¿ha propiciado esto un aumento o una bajada de la fe? 

– Ha sido un buen momento para agarrarse a lo divino, este año se ha demostrado que lo único de lo que estamos seguros es que no hay nada seguro.