En la plaza de San Mateo, junto al Convento de San Pablo y frente al Palacio de Diego de Cáceres Ovando, en el extremo sureste de la Ciudad Monumental cacereña, nos encontramos el espectacular Palacio de las Veletas. A sus espaldas están la Casa de los Caballos y el barrio judío cacereño.

Es un enorme edificio sin elementos defensivos con un jardín adosado, datando su construcción del siglo XVI, sobre los restos del que fue antiguo alcázar árabe con un aljibe del siglo XI ó XII. Consta de dos plantas y dos sótanos.

En el año 1465 Don Gómez de Solís, Maestre de la Orden de Alcántara, apoyando al Infante Don Alfonso como rey de Castilla en contra de Don Enrique IV, entró en Cáceres y destruyó el antiguo alcázar, otorgando licencia a su amigo Diego Gómez de Torres para edificar su casa sobre las ruinas del alcázar con la obligación de que respetara el derecho de los vecinos para que se abastecieran de agua del aljibe.

Diego Gómez de Torres hace reformas en el edificio en el año 1477 con licencia de los Reyes Católicos, pero el estado actual es casi en su totalidad obra de Lorenzo de Ulloa que hizo una restauración general de todo el palacio, aunque padeció asimismo reformas en el siglo XVIII por parte de Jorge de Cáceres y Quiñones hasta dejarlo tal y como hoy está.

En 1931 se inició el acondicionamiento del palacio para Museo Provincial de Cáceres, siendo inaugurado en el año 1933.

La construcción es la típica renacentista de los palacios civiles, con sillares de piedra, vanos en las partes baja y noble, grandes escudos heráldicos en la fachada y un remate en la crestería con pináculos realizados en piedra y cerámica.

El Palacio presenta una planta casi cuadrada construido de mampostería en su exterior con sillares en las esquinas. La puerta principal da paso a un zaguán. La fachada principal fue reformada en el siglo XVIII y nos encontramos una portada adintelada muy sencilla con dovelas en disposición escalonada y a ambos lados se observan una serie de vanos cubiertos con rejas y en la planta superior podemos apreciar dos grandes escudos con recortadas y rizadas cartelas barrocas con coronas voladas de los linajes de los nobles cacereños. Además apreciamos tres balcones con molduras rectas.

El edificio está coronado por cornisa de piedra y una balaustrada con piezas de cerámica vidriada verde y blanca de estilo talaverano, entre pilastras de piedra rematadas por pináculos que parecen almenar el edificio. Podemos apreciar también una colección de gárgolas de gran belleza.

Las fachadas laterales son restos anteriores de los siglos XV y XVI. En la norte hay escudos de las familias Torres y Ulloa y en las este y sur apreciamos remates de arquerías de medio punto, encima está la balaustrada…..(Continuará).