Será la mayor intervención en la Residencia Asistida de Cáceres desde su apertura en 1982. Las mejoras llegarán a todas las habitaciones, los aseos, las zonas comunes, las instalaciones y el suministro energético, ya que ahorrará un 60% del consumo en electricidad a través de los más de 700 paneles fotovoltaicos previstos en la cubierta. Incorporará nuevo sistema contraincendios, refrigeración en todos los cuartos, ventilación forzada y tratamiento del aire a través de ultravioletas para evitar la proliferación de gérmenes que afectan especialmente a mayores en situación delicada. De este modo, la residencia pública más amplia de la comunidad extremeña, con capacidad para 320 personas, se somete hasta 2023 a una obra prácticamente integral con una inversión de 8,1 millones de euros del Programa Operativo Europeo, cofinanciado al 20% por la Junta de Extremadura.

El proyecto ha sido presentado esta mañana por el consejero de Sanidad y Política Social, José María Vergeles, acompañado de la arquitecta responsable del mismo, Alba Moreno, el alcalde de Cáceres, Luis Salaya, y el director gerente del Sepad, José Vicente Granado. “Las obras deben estar listas en 2023, lo obligan los plazos, por tanto desplegaremos toda la capacidad que tengamos”, ha subrayado el consejero, quien además ha puntualizado que se ejecutarán “con mucho cuidado, de forma progresiva”, a fin de que los mayores puedan seguir haciendo su vida en el centro. “Son unas reformas necesarias, la inversión está absolutamente justificada. Sus residentes tienen un alto componente de fragilidad, se trata de un centro especialmente sensible”, ha destacado Vergeles.

Así serán las intervenciones

Las obras se dividen en cuatro grandes bloques: zonas comunes; prevención de incendios; mayor accesibilidad y confort en las habitaciones y aseos; y eficiencia energética. Se entrelazan entre sí para conseguir los dos objetivos fundamentales: aumentar la calidad de vida de los mayores, pero también las condiciones de trabajo de los profesionales, que a su vez redundarán en una mejor atención a los residentes. “Además de ser un proyecto técnico, es un proyecto eminentemente social que ha tenido muy en cuenta las directrices de los técnicos del Sepad, y también de la directiva y el personal del propio centro”, ha explicado la arquitecta Alba Moreno, acompañada del ingeniero Gonzalo Murillo, ambos redactores de un proyecto que afectará al sótano y las cinco plantas sobre rasante de la Asistida (cuatro albergan las habitaciones), con una superficie útil total de 15.500 metros cuadrados.

“Además de ser un proyecto técnico, es un proyecto eminentemente social que ha tenido muy en cuenta las directrices de los técnicos del Sepad, de la directiva y del personal del propio centro”

Alba Moreno - Arquitecta

 El volumen del edificio no se toca pero sí algunos interiores. Se ampliarán la sala de calderas, la lavandería y la cocina, a la que se suben las cámaras frigoríficas desde el sótano, y se crea un circuito más adecuado y eficiente de entrada de alimentos  y salida de residuos. “Además se cambiarán todos los equipos que actualmente están con suministro de gasoil a gas natural”, detalla la arquitecta. En éstas y en todas las zonas de intervención se renovarán los revestimientos: suelos, pintura, falsos techos…

También se mejorarán las zonas comunes donde los residentes hacen buena parte de su vida, y los accesos. Respecto a la seguridad, cada planta se conformará como un sector de incendios diferente con sus dispositivos contra las llamas, su zona de refugio y acceso a la escalera de emergencia, que también se reparará. “Si en cualquier momento ocurriese algo, estaría todo perfectamente previsto y controlado. El centro tiene un plan de autoprotección definido y no habría ningún problema”, precisa Alba Moreno.

Cuartos actualizados

En cuanto a las habitaciones, se sustituirá el sistema de climatización en los 320 dormitorios (ahora solo hay calefacción, no aire acondicionado) y se introducirá un sistema de ventilación forzada para evitar la proliferación de bacterias. “Hay muchas infecciones por gérmenes que son multirresistentes a los antibióticos, por eso son medidas necesarias en esta residencia con personas que tienen una fragilidad tan importante. Además, el covid nos ha enseñado mucho”, afirma el consejero.

Siguiendo con los cuartos, también se cambiarán las conducciones de agua fría y caliente, los armarios y el sistema de llamadas a enfermeras. Posiblemente la actuación más compleja será la reforma de 112 aseos, que se harán más diáfanos y accesibles para su uso tanto por ancianos autónomos como para los que necesitan silla de ruedas, grúa y otras ayudas.

Respecto a la eficiencia energética, además de mejorar las instalaciones existentes, introducir la climatización, renovar el suministro de agua y crear una nueva zona de calderas, “se sustituirán 482 ventanas exteriores por nueva carpintería de aluminio de muy buena calidad con rotura de puente térmico. Cada vidrio estará estudiado para que sea más eficiente dependiendo de su orientación”, detalla la arquitecta. El nuevo sistema energético se completará con 752 módulos fotovoltaicos en cubierta orientados al sol y dispuestos de manera que unos no hagan sombra a los otros.  “Apostamos por la eficiencia energética y la sostenibilidad en unos edificios donde la huella de carbono es tan importante”, subraya José María Vergeles.

Por su parte, el alcalde de Cáceres, Luis Salaya, ha agradecido esta inversión “muy importante para conseguir que la residencia preste el mejor servicio posible y haya una mayor seguridad y calidad de vida”. El primer edil ha recordado la delicada situación de esta residencia, que copó los titulares por el alto número de fallecidos al inicio de la pandemia, “y por eso me alegra que hoy se puedan dar titulares más optimistas”. Por último, agradeció al personal de la Asistida "el gran trabajo que hicieron durante los meses más duros de la pandemia” y “el haber respondido con toda su profesionalidad ante unas circunstancias tan extraordinariamente complejas”.