El pleno de la corporación local propuso en su última reunión una solución distinta para que la Ribera mantenga siempre un cauce de agua. Dicha alternativa pasa por bombear agua del Calerizo desde los pozos del Marco (San Jorge), a pocos metros de la charca del mismo nombre. Es un acuerdo de toda la corporación al refrendar la enmienda que hizo el grupo municipal socialista a la moción que presentó Ciudadanos. Hasta hace dos décadas, desde dichos pozos se bombeaba agua para abastecer a barrios del norte de la ciudad, como Mejostilla. Dejó de usarse para el suministro de domicilios por la cal que lleva.

El debate en el pleno lo propició la moción que defendió la portavoz de Ciudadanos, Raquel Preciados, aunque su propuesta vino precedida de la reunión que una semana antes había mantenido el gobierno local con representantes de la Asociación de Amigos de la Ribera del Marco y de la universidad, encuentro en el que se abordó la necesidad de dotar de agua continuamente al cauce de la Ribera. El pleno aprobó la moción de Cs con las modificaciones introducidas con las enmiendas presentadas por el grupo municipal socialista y por el del PP. 

Lo que se hace en el acuerdo del pleno es instar a otra administración, en este caso la Confederación Hidrográfica del Tajo, por lo tanto no tiene mucha validez, solo la de presionar por parte del ayuntamiento al órgano gestor de toda la cuenca del Tajo. Pero la novedad del acuerdo es el tercer punto que se introduce con la enmienda presentada por el gobierno local (grupo municipal socialista), en la que se propone que se estudie la posibilidad de bombear desde los pozos del Marco (San Jorge) «para mantener constante el cauce de la Ribera».

El acuerdo inicial que se planteaba en la moción de Ciudadanos era que se solicitase a la Confederación Hidrográfica del Tajo (CHT) la autorización pertinente para que fuera el propio ayuntamiento el que se encargase de la limpieza del manantial de la Ribera del Marco. Se plantea esta acción para proceder a «la retirada de basura, fangos y de vegetación autóctona y alóctonas invasivas, como eneas, espadañas y aislanthus».

A esa propuesta de partida se sumó la enmienda del grupo municipal del PP para que también intervenga la Junta, implicación que se pide para que medie con la Confederación Hidrográfica del Tajo para elaborar un convenio entre la administración autonómica y el órgano gestor de la cuenca «para asumir una intervención definitiva» en la limpieza del cauce.

La enmienda del grupo socialista matizó el acuerdo propuesto por Ciudadanos, de forma que lo que se pedirá a la confederación son los permisos pertinentes para llevar a cabo una limpieza de la Ribera del Marco para eliminar el exceso de vegetación que hay en la charca, una limpieza que se pretende realizar «respetando las especies vegetales endógenas en su espacio natural y con el máximo respeto al ecosistema».

La enmienda del gobierno, que se aprobó por el pleno de la corporación local junto a la moción, introduce otros dos puntos. El primero es que se estudie la posibilidad de llevar a cabo una intervención para reparar los elementos de contención del agua. El segundo es que se valore esa opción de bombeo de agua del Calerizo desde los pozos del Marco.

Tras el debate, el alcalde, Luis Salaya, explicó que con el estudio se pretende analizar «si el Calerizo aguantaría un ritmo de bombeo suficiente» para que la Ribera pueda «llevar agua todo el año». El regidor insistió en que la idea es «dar una solución permanente que permita recuperar el cauce de agua». Los pozos del Marco se utilizaron para el abastecimiento de agua a la ciudad. Una vez construido el embalse del Guadiloba, se siguieron utilizando, hasta hace dos décadas, para suministrar agua a algunos barrios de la ciudad. 

Estos pozos son los que en el plan de sequía de la CHT suponen la reserva de agua que habría para suministrar a la ciudad si con el trasvase desde la cola del embalse de Alcántara y el Guadiloba fuese insuficiente. Con las obras que se tienen que ejecutar para un nuevo trasvase a la ciudad, también desde Alcántara, es muy probable que los pozos del Calerizo dejen de ser una alternativa para abastecer a la ciudad, por lo que ahora se puede plantear que se destine a mantener el cauce con agua.

Este nuevo acuerdo sobre el Calerizo se toma cuando en otras decisiones de la corporación local, una en 1992 y otra en 2018, se decidió que se instase a la Confederación Hidrográfica del Tajo a fijar un perímetro de protección del acuífero. La justificación de la decisión de 1992 y la de 2018 es la misma, salvo la diferencia de que en la primera se citó la Ley de Aguas de 1985 y en la segunda se hizo alusión al real decreto legislativo de 2001 por el que se aprueba el texto refundido de la Ley de Aguas. Ahora esta decisión se tiene que hacer compatible con la utilización que se pretende dar a los pozos para mantener el cauce.

En 1992 y 2018 se buscó un acuerdo de la corporación local porque el ayuntamiento no tiene competencias para declarar un perímetro de protección de la zona del acuífero, pero sí puede solicitar a través de la Junta de Extremadura su aplicación por parte de la CHT. El motivo era «la existencia de un riesgo de sobreexplotación del acuífero, principalmente en los años de sequía». También se argumentó que las medidas de restricciones del consumo de agua «invitan a algunos ciudadanos a perforar pozos particulares para obtener el agua del acuífero», de tal forma que en «los pozos particulares se obtiene el agua» de la reserva acuífera «sin control alguno, con lo que los fines particulares hacen que los intereses generales de todos los ciudadanos se resientan». Precisamente, en su intervención en el pleno del jueves, Salaya insistió en la necesidad de «afrontar» e investigar «los sondeos ilegales» que se están haciendo en el Calerizo, «tanto los pequeños como los grandes sondeos».