La hostelería cacereña está despertando prácticamente de golpe y se ha topado con un serio problema: no hay suficientes barman, cocineros ni camareras de habitaciones para cubrir el aumento de la actividad. «Se ha convertido en una asignatura pendiente del sector y lo comentamos entre los distintos negocios de la región: en Extremadura tenemos dificultades para encontrar personal», explica José Parodi, presidente de Fexbares en Cáceres.
Y es que el auge ha venido rodado. El turismo ha buscado zonas de interior más tranquilas, sorprendiendo con récords de visitas a la ciudad en agosto. El fin de los aforos devuelve el público a la hostelería. Y el rodaje de la precuela de ‘Juego de Tronos’ ha dado lugar a un octubre atípico, «porque la productora ha reservado 900 de las 1.500 habitaciones de hotel que reúne Cáceres», detalla Alejandro Picardo, vicepresidente de la Asociación Empresarial Cacereña de Hostelería y Turismo (Aecathur), y vocal de la Confederación Empresarial de Turismo de Extremadura (Cetex).
«Cuesta reforzar la plantilla y sobre todo conseguir ‘extras’ para cubrir los eventos»
En definitiva: se necesita más personal. Muchos establecimientos han conservado su plantilla de trabajadores, a lo que han contribuido fundamentalmente los ERTEs. Pero cuesta reforzarla «y sobre todo conseguir ‘extras’ para eventos especiales. Antes de la pandemia todos teníamos personas localizadas a las que llamábamos en esos momentos, es lógico que en este periodo hayan buscado otras colocaciones más estables. Ahora no hay gente disponible», señala Alejandro Picardo.
«No sabemos si es algo puntual o si se abandona el sector, como ha ocurrido en otras ciudades»
«No sabemos si es algo puntual o si se está abandonando el sector, como ha ocurrido en otros países y en las grandes ciudades españolas, donde los inmigrantes han ocupado estos puestos. Se trata de un oficio duro concentrado sobre todo en el fin de semana», reflexiona José Parodi. Con los cocineros el problema es distinto: la restauración ha crecido tanto en una ciudad del tamaño de Cáceres «que se hace difícil encontrar profesionales formados», indica.
