A veces uno tiene la extraña sensación de que Cáceres es la ciudad que siempre duerme. No se trata de dar una imagen pesimista, ni de caer en el desanimo. Pero se necesitan ver resultados que vayan más allá de un incremento del número de turistas o de que productoras, con ordenanza o sin ella, elijan la ciudad para el rodaje de series. Al actual equipo de gobierno se le acaba el tiempo para obtener resultados. Muchos mimbres ya están puestos, pero queda que se materialicen. No hay que olvidar que falta un año y medio para que se vuelva a las urnas en unas elecciones locales.

Esta semana se han adoptado tres acuerdos que pueden ayudar a que la ciudad se empiece a desperezar. Por un lado se ha dado la última autorización administrativa para que se pueda empezar a urbanizar la parcela donde se ejecutará un nuevo centro comercial y de ocio, un proyecto que se acometerá en un terreno junto al hipermercado de Carrefour. Se ha tardado solo veinte meses para que todo el expediente se complete. Puede parecer mucho tiempo, pero no lo es. Si tenemos en cuenta lo que ocurre con otros proyectos, se puede hasta decir que se ha hecho con una rapidez inusitada.

La urbanización empezará en el primer trimestre de 2022 y un año después podría estar abierta la primera fase, antes incluso de que en mayo de 2023 se vuelva a las urnas. La promotora del centro comercial prevé que con su iniciativa se crearán 500 empleos entre directos e indirectos (otra cosa será los que pueda destruir). El centro, pese al daño que le pueda hacer al comercio ya establecido y que no puede ignorarse, será un cambio, de esos que la ciudad está pidiendo a gritos.

Otra decisión importante es que esta semana ya se ha firmado el crédito de 8 millones que el ayuntamiento tendrá para invertir. Es difícil explicar que solamente endeudándose el ayuntamiento pueda obtener fondos para inversiones. Pero es que así: los gastos corrientes se comen los ingresos corrientes y no creo que haga mucha gracia que para aumentar estos últimos se vuelva a subir el IBI, el incremento de 2022 será el único que se hará en la legislatura, además son pocos los gobiernos locales que se han atrevido a recortar gastos. La inversión de estos 8 millones no se puede eternizar, como pasó hace una década con el otro gran crédito para inversiones que concertó el ayuntamiento. Los resultados se tienen que ver ya, haya o no atascos en la ciudad. A estos 8 millones de euros se puede sumar una cantidad parecida de los fondos europeos de reconstrucción a los que opta Cáceres. Esta inversión traerá empleo.

La tercera decisión se ha adoptado en el consejo de ministros que se ha celebrado esta semana. Ha sido un acuerdo que garantiza la financiación en los ejercicios de 2022 y 2023 y los compromisos de gasto para que se construya en Cáceres el Centro Nacional de Investigación en Almacenamiento Energético. Son 74,5 millones de euros. En 2022 tiene que salir a licitación su construcción. Se lleva más de un año hablando de este centro y es el momento de que se vean los resultados. Este centro abre otro escenario en la ciudad que no es ni el turismo ni el comercio. Será otro modelo de desarrollo en una ciudad que cuenta con una escuela Politécnica que forma a técnicos, pero que, sin embargo, carece de sector industrial.

Son tres oportunidades, tres despertadores, para espabilar a la ciudad y sacarla de su letargo.