El IES El Brocense de Cáceres ha sido distinguido con la placa de honor de Alfonso X el Sabio. Es un honor que podemos compartir cuantos hemos deambulado por sus aulas bien como alumnos bien como profesores e incluso como ambas cosas. De las enseñanzas impartidas en él han salido eminentes personajes de la cultura y las ciencias no solo cacereñas sino mundiales y así mismo ha tenido el privilegio de gozar de un profesorado que no desmerece a ningún otro de cualquier centro educativo. Desde su creación fue conocido como el «Isti» pues solamente existía ese instituto y comenzó su andadura en el colegio de los jesuitas en la Cuesta de la Compañía. Allí estudié el bachillerato bajo la dirección de D. Abilio Rodríguez Rosillo, un eminente profesor de Ciencias Naturales cuyo prestigio recorrió el mundo entero y con quien se ha cometido la injusticia de no darle su nombre al jardín en el que desarrolló su labor investigadora con las plantas y las leyes de Mendel. Era Secretario D. Martín Duque, excelente catedrático de Latín, cuya firma se hizo famosa por ser un garabato que dibujaba una cara. Claro que más famosos entre la chiquillería eran los bedeles, Valentín, «Furia», y Gregorio, «Bicarbonato», que nos perseguían por los largos pasillos, aunque su fama quedara muy disminuida si se comparaba con D. Agustín Bravo Riesco, «El Mona», catedrático de Lengua Española. Mucho más adelante con motivo de un expediente sancionador en los estertores del franquismo fui expulsado de la enseñanza por ser «marxista, leninista, ateo», tres cosas que jamás he sido, me admitieron meses más tarde con la condición de no volver al IES femenino y ejercí de profesor en el nuevo Brocense ubicado en el rodeo. El director era D. Raimundo Rodríguez, catedrático de Física y Química y uno de sus bedeles «Boby Charlton», un futbolista inglés. La base de todos los conocimientos que he logrado a lo largo de los años se la debo a este centro del que me siento honrado en pertenecer.