El Periódico Extremadura

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La 29 edición de la cita internacional

Womad: Cáceres explota

El festival repite imagen histórica con una plaza a rebosar en su segunda jornada. El manifiesto tiene un recuerdo para Ucrania y las personas víctimas de guerras

Imagen durante el concierto de Los Niños de los Ojos Rojos, este viernes, ante una plaza Mayor desbordada. SILVIA SANCHEZ FERNANDEZ

Cáceres explota con Womad. La de este año va camino de convertirse en una edición que se recordará en la historia del festival. No pudo tener mejor inicio de celebración del treinta aniversario que ya partía ya con grandes expectativas. Si el jueves, jornada inaugural y reservada históricamente a los cacereños, rompió los récords de asistencia con una estampa inédita en la plaza desde hace dos años, el viernes se volvió a confirmar el arraigo de la cita no solo al público de la ciudad sino al de Extremadura, al del país y al del mundo.

La edición que desde la organización han calificado como la del reencuentro no ha podido tener mejor consigna. Womad se consolida en su segundo día como el punto de reinicio, de retorno a una vida que, no obstante, sigue sin ser la que reconocíamos antes de la pandemia, pero se acerca.

Así, similar imagen de lleno desde primera hora protagonizó una plaza Mayor que durante cuatro días será epicentro de la convivencia, de la tolerancia y de los abrazos, uno de los bienes más preciados que arrancó el coronavirus y que hasta ahora había devuelto a cuentagotas. La ciudad vive desde el jueves una realidad ya sin límites, ni los impuestos por las autoridades ni los de afecto.

Durante el jueves la protagonista fue la tarde y ya este viernes arrancó la celebración desde primera hora de la mañana. Histórica estampa la de los puestos con un vaivén continuo de curiosos y clientes e histórica también la de la plaza desde primera hora de la tarde. De nuevo, la imagen más repetida fue la de jóvenes peregrinando hacia el punto de encuentro con sus bolsas de bebidas.

En esta ocasión, el interés también se extendió hacia Santa Maria y San Jorge, la zona reservada para los melómanos y los conciertos de pequeño formato. En el cartel, Rui Díaz, los niños de los ojos rojos, TartaRelena y Dobet Gnahoré, que volvió a deslumbrar a un aforo que ya se había embelesado con su presencia escénica un día antes con las Amazones d’Afrique. 

Recuerdo para Ucrania

Hubo momentos para todo pero sin duda uno de los más emotivos se vivió entrada la noche con la lectura del manifiesto, que este año tuvo un especial recuerdo para Ucrania. Lo leyó la directora de la filmoteca, Natalia Rodrigo. «La paz es uno de los principios inspiradores de Womad. La guerra está obligando a millones de personas a desplazarse, y muchos países, como es el caso de España, a demostrar su solidaridad y su vocación de pueblo de acogida. Desde Womad queremos hacer un llamamiento a que se extienda la acogida institucional y ciudadana a todas las personas víctimas de guerras, de persecución religiosa, ideológica, de violencia económica, o por razón de identidad de género».

También apeló al feminismo. «Todavía provoca cierta sorpresa en algunos ámbitos que este festival incluya a muchas mujeres en su cartel. Es otro principio que se ha convertido en norma, no se entendería un Womad sin la igualdad».

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