El Periódico Extremadura

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SOS POR LOS OFICIOS CENTENARIOS: UN ESPACIO DE FUTURO

Los artesanos piden la apertura de su centro de innovación en Cáceres

Recuerdan que fue un compromiso de Vara y que el pleno municipal votó para acogerlo en la ciudad. Alertan de que en quince años habrán desparecido un 80% de los profesionales, la mayoría sin relevo

Manuel Vivas es la cuarta generación familiar dedicada a trabajar el cuero en Malpartida de Plasencia. Afirma que los artesanos están dispuestos a luchar para que sus conocimientos no mueran. CEDIDA

Apenas quedan torneros de madera y maestros de forja. Hervás ha perdido sus talleres de ebanistería. En Ceclavín está muriendo el enchinado y no resiste un solo orfebre en activo, de hecho solo permanecen tres en toda la provincia. La cuchillería de Don Benito languidece. Alfarería, cestería, cobre, corcho… Son oficios llamados a desaparecer si no se pone remedio. En 15 años, calculan los artesanos, se habrán jubilado un 80% de los eruditos de estos oficios y apenas quedará nadie que los enseñe, porque ahora mismo tampoco existe relevo generacional.

Así lo explica un nutrido grupo de profesionales del sector, que ha decidido poner en marcha la plataforma Artex. «Hablamos de una situación grave a la que no se le presta la atención que requiere. En pocos años, cuando no haya solución, nos llevaremos todos las manos a la cabeza. Por eso nos estamos uniendo, vamos a luchar, no queremos llegar a pensar que no hicimos lo suficiente», explica Manuel Vivas desde Malpartida de Plasencia, cuarta generación de una larga saga dedicada durante 126 años a trabajar el cuero.

«De las 700 personas censadas en el Registro de Artesanos de la Junta de Extremadura en 1990, ahora mismo quedamos 365, y ello gracias a un último repunte. Pero nada que ver con otras comunidades como Andalucía o Galicia donde se cuentan por miles», indica José Manuel Rubio, ceramista y enmarcador cacereño, también heredero de una tradición artesana que inició su tatarabuelo. De hecho, su abuelo Venancio Rubio fue muy reconocido por sus pasos de imaginería, retablos y diversas obras.

José Manuel Rubio, ceramista y enmarcador, recuerda que de las 700 personas censadas en el Registro de Artesanos de la Junta de Extremadura en 1990, ahora quedan 365. CEDIDA

Manuel y José Manuel, en nombre de otros muchos compañeros, sostienen que «hay que afrontar este problema de forma inminente», pero afirman que las soluciones eficaces «han de venir por parte de las administraciones» puesto que los artesanos, en la actualidad, «solo podemos dedicar nuestros esfuerzos a sobrevivir de nuestros trabajos». Se refieren a las inversiones y los recursos necesarios, porque ellos sí están dispuestos a poner lo mejor de cada uno y ofrecer sus conocimientos para que estas artes puedan tener un futuro.

En dicho objetivo, el gremio considera que el paso más importante es el cumplimiento del punto 65 del programa electoral del PSOE, compromiso adquirido por el presidente extremeño Fernández Vara: la creación del Centro de Innovación para la Artesanía de Extremadura. Ya han solicitado una entrevista a la Junta a fin de conocer en qué punto está ese proyecto, que consideran «urgente» dadas las circunstancias, y analizar con el presidente los «graves problemas del sector», así como las posibles soluciones.

El ayuntamiento, abierto

Pero además, han pedido otro encuentro con Luis Salaya, recordándole que en noviembre de 2019 el pleno del ayuntamiento votó por unanimidad a favor de una propuesta del PP para que la ciudad acoja dicho centro, que supondría «la auténtica tabla de salvación» de una sabiduría que muere. «Sería un verdadero referente de la creatividad en Cáceres, en el mismo entorno donde se sitúan recintos de la calidad de Helga de Alvear y Vostell», destaca Manuel Vivas.

El propio Salaya ha comunicado a EL PERIÓDICO que mantiene su compromiso «porque así lo hemos manifestado desde el principio». «Estamos muy abiertos a que, si la Junta abre este centro, lo pueda acoger Cáceres, de hecho nos encantaría, aquí encajaría muy bien», declara. Y ello porque, a su juicio, la artesanía no solo debe plantearse como un uso tradicional, «sino de futuro». «Cuando hablamos de impresoras 3D y de un mundo más sostenible en el aprovechamiento de recursos, detrás estarán los artesanos siempre con su creatividad», destaca Salaya.

Manuel Vivas lo corrobora: «En Extremadura tenemos mucho potencial, pero nosotros no podemos venderlo porque cada uno estamos en un punto de la región, lo que también dificulta que un joven que quiera formarse en una determinada disciplina encuentre quién le enseñe en su entorno». De ahí la necesidad de ese centro de referencia. «Sería una sede física y a la vez también virtual, para aglutinar numerosos proyectos de fomento y potenciación de las distintas técnicas. Incluso aspiramos a que albergue la Escuela de Artesanía anunciada por la Junta de Extremadura desde 1990», subraya José Manuel Rubio.

«En poco años desaparecerán algunos oficios y entonces todos nos llevaremos las manos a la cabeza»

MANUEL VIVAS - Trabaja el cuero

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En cuanto al contenido de ese centro, el colectivo detalla a través de un escrito las acciones que deberían llevarse a cabo en el mismo, a fin de actuar como «una herramienta que posicione a la artesanía y a los oficios en un nivel de alto valor añadido». En definitiva, un espacio «dinamizador» donde tengan cabida jornadas sobre el presente y el futuro del sector, investigaciones acerca de nuevos materiales y técnicas de producción, estudios para la sostenibilidad de los procesos productivos, cursos de oficios en vía de extinción (así como innovación en los mismos), conferencias y exposiciones divulgativas, proyectos de creación de núcleos artesanos (aldeas creativas, repoblación de municipios con estos profesionales...), trabajos de análisis de mercados, búsqueda de socios para la exportación, ferias e incluso espacios-laboratorios multicompartidos para utilizar maquinarias y tecnologías de una manera grupal.

«Hay personas que sienten inquietud por estos oficios y que no saben por dónde comenzar, carecen de herramientas, de útiles, de un espacio, de un maestro... El centro sería la solución, despertaría el interés de las nuevas generaciones», plantea Manuel Vivas. «La Escuela de Artesanía permitiría cubrir muchas enseñanzas que se están perdiendo, darlas a conocer en colegios e institutos, ofrecer una oportunidad de futuro al sector», subraya José Manuel Rubio.

Ayudas que no ayudan

Pero además, los profesionales piden a la Junta que recupere la Sección de Artesanía que daba cohesión al sector y que funcionó hasta la jubilación del profesional que se hacía cargo de ella. También necesitan que se revisen las subvenciones establecidas para formar a nuevos artesanos, porque las actuales «cuestan dinero a quien enseña», lo que a la vez complica el relevo generacional. Y plantean el reconocimiento de estas artes como Bien de Interés Cultural.

Un empeño que viene del convencimiento de que el sector tiene «mucho futuro», como lo demuestra el hecho de que Zara haya elegido a un artesano extremeño afincado en Madrid para diseñar su nueva colección de moda masculina. «Vemos continuamente ejemplos del potencial de nuestros oficios, adaptados a los tiempos», sostiene Manuel Vivas.

 «En un mundo abocado a prescindir de mucha mano de obra por la maquinaria y la robotización, lo que está claro es que esa tecnología nunca podrá suplir el ingenio, la creación ni el diseño. Por eso creemos que el artesano tiene grandes perspectivas», argumenta José Manuel Rubio.

El colectivo ya está dando forma a ‘www.artex.es’, su plataforma de localización de los distintos talleres extremeños, donde además divulgará este potencial por comarcas para que la artesanía sea un reclamo más junto a la cocina o los monumentos. 

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