"Se juega que sea condenado por un homicidio imprudente grave a una pena de que oscila entre 1 año y 4 años de prisión y, evidentemente, la inhabilitación. Eso se la juega el día que se celebre el juicio". Así lo expresa el abogado Ángel Luis Aparicio, que representa al policía nacional acusado de disparar al preso que se fugó en Cáceres y que ha pedido desde el principio ser absuelto. 

De hecho, Aparicio recalca que tanto él como el acusado "consideramos que ha de dictarse una sentencia absolutoria", por lo que el policía no se ha conformado con la posibilidad de un acuerdo para eludir el juicio.

A su llegada a la Audiencia Provincial, el pasado 7 de julio, el acusado fue recibido a las puertas de los juzgados por casi un centenar de compañeros, que se concentraron para mostrarle su solidaridad antes de que arrancara la vista.

En esta ocasión, el encuentro previsto para este 20 de julio ni se ha llegado a celebrar porque se presentó un escrito hace 48 horas registrando que no se aceptaba la conformidad, por lo tanto ha quedado sin efecto el señalamiento.

En este caso, la Fiscalía también se posiciona con la defensa y sostiene que no hay delito. Es la familia del interno que falleció la que pide que sea condenado por homicidio imprudente a cuatro años de prisión y pague una indemnización de 240.000 euros.

Aparicio explica que por parte de la acusación se ofrecía aceptar "la posibilidad de haber cometido un homicidio imprudente menos grave y, con base en esa petición, una indemnización de 200.000 euros a cargo del acusado y del Estado".

Con el acuerdo, el policía se habría librado de la posibilidad de cárcel y "habría hecho frente a una pena de multa de unos 600 euros, más la indemnización". Ahora, "se la juega" en el juicio, pendiente de fecha, que se espera para "septiembre u octubre".

Fuga en 2018

Los hechos se remontan a marzo de 2018, cuando el interno Hernando Jean Paul Sierra Quintero acudió al Palacio de Justicia para comparecer en un juicio. En un momento del traslado del reo, desde la prisión hasta los juzgados, emprendió la huida hacia Vistahermosa. Iba escoltado por agentes pero no iba esposado porque llevaba muletas. En un momento dado, soltó las muletas y huyó desde los juzgados hasta la Sierra de la Mosca.

Un macro operativo se desplegó en la zona para localizarlo y horas después, en circunstancias aún por determinar, el interno recibió un disparo en el tórax y falleció después por el impacto de la bala. Tras lo sucedido, el subdelegado del Gobierno entonces, José Carlos Bote, manifestó de forma pública que el preso estaba catalogado como “extremadamente peligroso” y que para localizarlo se articuló un dispositivo “especial”. Y aseguró que se investigaba si pertenecía a una banda de atracadores de joyerías.