'Reina de la Montaña, Virgen bendita, que ruegas por tus hijos desde tu ermita. Flor de las flores a ofrecerte venimos nuestros amores'. Con estas palabras reciben cada año los cacereños a la imagen de su patrona al llegar a la capilla mayor de la concatedral en la noche de la bajada. Así queda de manifiesto el fervor popular con el que todos los cacereños aclaman a la Virgen y que en 1924 se consideró como uno de los principales motivos para coronarla canónicamente. Además de este, el obispado también consideró otros 9 requisitos para que la imagen obtuviera esta distinción tan relevante. 

La historia

Uno de los principales requisitos para obtener una coronación canónica es la historia que envuelve a la imagen protagonista. En este caso, la imagen de la patrona de Cáceres tiene una trayectoria bastante interesante. Fue en el siglo XVII cuando Francisco de Paniagua, con la ayuda de Sancho de Figueroa construyeron el santuario que iba a albergar la imagen. Ellos con su devoción fueron inculcando a los cacereños de la época la tradición y el fervor por la Virgen, el cual llegó hasta tal punto de que ya en el siglo XVII hay constancia de la fundación de una cofradía en torno a la imagen.  

La antigüedad de la imagen

Otro de los puntos que se tienen en cuenta es la antigüedad de la imagen que va a ser coronada, normalmente se dice que esta debe tener como mínimo más de 100 años. La patrona cacereña cumplió de sobra esta norma, ya que es una imagen de talla completa realizada en madera de nogal policromada, inspirándose en la imaginería sevillana del siglo XVI. Como curiosidad se talló sobre una serie de peñas haciendo referencia a su advocación ‘Montaña’, que en un principio se denominó tal como aparece en la inscripción de sus pies: ‘Nuestra Señora de Monserrate’. En la actualidad la imagen se presenta revestida con ricas telas bordadas debido a la influencia de las modas renacentistas en el arte español. 

La devoción popular

Uno de los principales motivos de la coronación fue este, la devoción popular. Si algo hizo famosa a la imagen de la Virgen fue el fervor popular. En Cáceres se ha ido transmitiendo de generación en generación este amor por la patrona, lo que ha hecho que desde los inicios de la cofradía se sucedieran las donaciones y los regalos a la imagen en agradecimiento. La Virgen de la Montaña atraía a gentes de todos los lugares y era conocida en toda la provincia. Las promesas que se hacían en torno a Ella eran multitudinarias y se hacían latentes en cuanto la Virgen salía a la calle. 

Las procesiones hasta la ciudad

Sería a partir de 1641 cuando la Virgen comenzaría a bajar de manera habitual a la ciudad y esto también es un hecho destacable que hizo que se cumpliera el anhelado sueño de la coronación. Porque no fue una decisión ordinaria el hecho de que la Virgen procesionara, sino que el motivo principal fue la sequía que asolaba la ciudad. Entonces, debido al fervor del que ya disfrutaba, salió y a los pocos días llovió, lo que hizo que se empezase a hablar de los milagros que se concedían a todos los que a Ella acudían. 

Los milagros de la Virgen

Sin duda, un motivo muy fuerte para una coronación es el hecho de que se considere milagrosa a la imagen. Un gran número de devotos coinciden en el mismo hecho y es que aseguran que la Virgen de la Montaña es milagrosa, ya que a lo largo de los siglos se ha procesionado a la Virgen para pedir el fin de epidemias, como el caso de la peste o para pedir agua, razón por la que no solo salió en 1641, sino en varias ocasiones más.  

Patrona principal de la ciudad de Cáceres 

Tal magnitud alcanzó la devoción de la Virgen en la ciudad que se decidió nombrar a la Virgen de la Montaña, patrona principal de la ciudad de Cáceres, el 2 de marzo de 1906, algo que todo el mundo apoyó de forma unánime, ya que el fervor popular a la Virgen trascendía fronteras. Fue una de las últimas piedras para que se produjera la coronación porque era natural que la patrona de una ciudad como Cáceres y que gozaba de tanta devoción estuviera coronada. 

El patrimonio

El patrimonio que posee la cofradía es espléndido, ya que se ha forjado gracias a las donaciones que los cacereños y devotos han hecho a la Virgen. Prueba de ello son los más de 150 mantos que atesora en su ajuar y la multitud de joyas que va luciendo en determinadas temporadas. 

El santuario

La sede canónica donde reside la imagen aporta también bastante peso a la hora de conceder la coronación. El santuario, situado en la Sierra de la Mosca es una obra de arte que se ha ido consolidando siglo tras siglo gracias a las aportaciones de los cacereños. 

La corona

Previo al acto que culminará con todo el proceso de la coronación está la realización del elemento que recordará este hito para la historia cacereña, la corona de la Virgen. Con esta joya, realizada en Madrid por Félix Granda gracias a las aportaciones de oro que los ciudadanos hicieron, los cacereños agradecieron todos los favores a la Virgen con una corona que solo porta durante el novenario y que tiene un valor incalculable, tanto material como sentimental.

La Coronación

Distinguir a la Virgen con el rango más alto que se conoce es el culmen de la devoción popular. La Coronación canónica de la patrona de Cáceres abrió una nueva etapa en la historia de la cofradía, colocando a la Virgen de la Montaña como la segunda imagen coronada de Extremadura.