Ha sido una jura de bandera para la historia en el Cefot de Cáceres. Y no solo porque la asistencia haya sido la más multitudinaria de toda la época postpandemia sino porque una de las militares que prometieron lealtad a la bandera este viernes será recordada en las futuras crónicas que se escriban sobre la base. Por primera vez en la historia del acuartelamiento, una mujer ha logrado ser la ‘número uno’ de su promoción.

Este hecho cuenta con el añadido de ser más excepcional aún si se tiene en cuenta que las mujeres suman un porcentaje minúsculo entre los aspirantes, que sigue sin llegar al 10%. Especial simbolismo tiene también, más si cabe, que sea extremeña. De Alconchel es la ya soldado Cristina Torrado Ferrera, que a sus 26 años puede presumir de haber dejado huella de su paso por el centro al conseguir el mejor expediente. 

La militar fue reconocida, como es tradición, durante la ceremonia de jura de bandera. Durante unos minutos, no solo recibió la felicitación de los mandos militares sino que también el graderío quiso regalarle una sonora ovación. Figurará como la mejor alumna del ciclo de 1.056 aspirantes, 960 hombres y 96 mujeres, que corresponden al segundo reemplazo de 2022. 

Cristina Torrado recibe el reconocimiento como mejor alumna de su promoción. LORENZO CORDERO

Minutos después de prometerle lealtad a la bandera, compartía aún la emoción y la sorpresa con sus padres Carlota y José Luis. «Entré con todas mis ganas y me he esforzado mucho, no esperaba ser la primera». También la primera militar de su familia, comparte su experiencia de estos meses en el Cefot. «Al principio es duro, es diferente a lo que vives en casa». En cualquier caso, confiesa que lo «ha llevado bien» y ahora ya ultima su paso por la base para incorporarse en abril, como sus compañeros, a su unidad. En su caso, se quedará en Badajoz. Irá destinada al regimiento de acorazado Castilla 16 de la brigada Extremadura.

Aunque cierto es que todas las miradas se centraron en Cristina este viernes, los 6.000 asistentes que se congregaron en la base durante unas horas tuvieron su propio protagonista. «Orgullo» fue la palabra más repetida entre los familiares, llegados de todos los puntos del país, que se apresuraban en las gradas a localizar a los suyos, cada uno en su formación. Flashes, lágrimas y alguna que otra carrera para no perderse un acto clave para la trayectoria de los soldados. El tiempo acompañó más de lo esperado. Fría mañana aunque soleada para compensar.

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GALERÍA | Las imágenes de una jura de bandera histórica en Cáceres Lorenzo Cordero

Con el protocolo habitual y una organización meticulosa, la llegada de público fue ordenada al margen de lo multitudinaria mientras los militares preparaban la formación en la explanada de la base. Hace unos meses se especuló sobre la posibilidad de que tuviera lugar en la plaza pero finalmente se descartó. Curioso atractivo tuvo el expositor de una tienda de artículos militares, donde cada cuál podía llevarse un ‘souvenir’, desde un peluche de la cabra de la Legión hasta camisetas o llaveros de los regimientos.

"Ejemplo" para el acuartelamiento

Así, a la hora en punto y durante una hora y media, el acuartelamiento vio desfilar a sus flamantes nuevos soldados. El acto estuvo presidido por el general José Luis Murga. Contó con la presencia de autoridades del Congreso de los Diputados, Ayuntamiento de Cáceres, Tribunal Superior de Justicia, Audiencia Provincial de Cáceres y Policía Nacional. Estuvo presente también una representación de los Embajadores Marca Ejército. 

En su discurso, el coronel jefe del Cefot, Juan Manuel Martel, aprovechó para felicitar la soldado ‘número uno’ por entrar a formar parte de la historia del centro, aseguró que es «ejemplo» y «estímulo» para todo el acuartelamiento y la animó a «continuar esa línea de esfuerzo». También tuvo palabras de recuerdo para el coronel Jesús Alcusa, recientemente fallecido, ya que este viernes juraba bandera su hija.

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La ceremonia concluyó con el tradicional decálogo del soldado, el homenaje a los caídos y por último, con el desfile oficial de los ya militares profesionales. Una vez concluida esta fase, el millar de soldados permanecerá en la base durante los próximos tres meses y luego ingresarán en sus destinos. En mayo, tal y como avanzó este diario la pasada semana, llegará un nuevo reemplazo de otros mil soldados.