la sentencia se conocerá en los próximos días

Así ha sido el juicio del caso Atrio en Cáceres

La vista se desarrolló en dos intensas jornadas marcadas por el tono contundente del tribunal y el silencio de los acusados

Los acusados durante la segunda jornada del juicio en Cáceres.

Los acusados durante la segunda jornada del juicio en Cáceres. / TSJEX

El caso Atrio quedó visto para sentencia este miércoles. Ahora, a la espera de que el tribunal se pronuncie, el palacio de Justicia de Cáceres recupera la normalidad tras el juicio más mediático de su historia. Dos jornadas --tres si se cuenta la de la reunión previa entre las partes--, más de veinte testigos y una veintena de medios nacionales e internacionales han sido las cifras de una vista que determinará si Priscila Lara Guevara y Constantin Dumitru son los autores o no del robo en la bodega del hotel.

La sentencia se conocerá en los próximos días. Al termino del juicio, fiscalía pide cuatro años y medio de cárcel y 700.000 euros de indemnización, la misma cantidad que la aseguradora. Se da la circunstancia de que la compañía de seguros pide otros cinco años de cárcel pero interviene en el juicio como actor civil por lo que solo puede pedir responsabilidad civil. La abogada de los acusados, Sylvia Córdoba, por su parte, pide que sean absueltos.

La vista se desarrolló en dos intensas jornadas marcadas por el tono contundente del tribunal, que llamó al orden en reiteradas ocasiones a la letrada de la defensa y el silencio de los acusados, que se negaron a responder las preguntas de las partes. Dumitru sí quiso responder a su abogada pero ella declinó interrogarle. Como conclusión, el ministerio público reconoce que no hay pruebas directas y argumenta que los acusados son culpables en base a "multitud de indicios". De hecho, sí se pronunció brevemente en su alegato final.

La estrategia de la defensa ha sido en todo momento desacreditar la investigación policial y cuestionar la labor de los peritos. Asegura además que se han vulnerado los derechos fundamentales de sus clientes y que las diligencias han sido desproporcionadas, por lo que ha reiterado su petición de nulidad del procedimiento.

En ambas jornadas, el furgón policial llegó al palacio de Justicia pasadas las 9.15 horas. Previamente, los letrados de las partes realizaron declaraciones a los medios sobre su estrategia en la vista. Los medios no han podido acceder a la sala por lo que han seguido el juicio en una estancia contigua. Sí pudieron hacerlo, por el contrario, estudiantes de Derecho.

Así, la primera sesión se prolongó hasta pasadas las 14.00 horas. Fue el turno de los imputados y de 16 testigos. Estaban convocados 23, pero tres no acudieron, entre ellos Toño Pérez, que justificó su ausencia en un viaje a unos premios en Alicante. El tribunal también planteó la posibilidad de prescindir de otros cuatro, trabajadores del hotel, un extremo que aceptó el ministerio público. Como conclusión, al menos dos testigos reconocieron a los acusados y los registros de llamadas y las cámaras situaban a Priscila y Dumitru en el lugar de los hechos.

La segunda sesión estuvo protagonizada por los peritos encargados de tasar los vinos, de analizar las muestras de ADN y del reconocimiento facial de los acusados. Esta jornada también fue decisiva puesto que el resultado de las muestras genéticas encontradas en el váter de la habitación 107 son compatibles con las de los acusados. El reconocimiento facial quedó invalidado porque la calidad de las imágenes es insuficiente.

Lo cierto es que en ambas sesiones se cerró el cerco sobre los acusados pero no se ha arrojado luz sobre la mayor incógnita: el paradero de las botellas. Solo se pronunció sobre este asunto el dueño del hotel Jose Polo, que mantuvo la hipótesis del robo por encargo.

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