Cáceres cierra el Clásico con una mirada al machismo de ‘La malcasada’ de Lope de Vega

La XXXIV edición del Festival de Teatro Clásico de Cáceres encara su recta final con dos retratos femeninos: ‘La Celestina’, en la que Anabel Alonso sigue la estela de grandes intérpretes del personaje de Fernando de Rojas en el siglo XV, uno de los mitos del teatro español; y la compañía castellanomanchega Tumbalobos baja el telón este domingo con la comedia de Lope de Vega ‘La malcasada’. Esta noche, (22.30 horas) 'El Brujo' vuelve a llenar San Jorge con su último espectáculo.

"Lo de Extremadura es un sainete"

De Terele Pávez a Anabel Alonso

Anabel Alonso encarna al personaje creado por Fernando de Rojas este sábado en la plaza de San Jorge. Alonso suma su nombre a la lista de grandes intérpretes que han puesto su imagen a este icono literario (Nuria Espert, Terele Pávez, Charo López y Gema Cuervo, entre otras). 

Esta intérprete, “una de las más versátiles y reconocidas en el cine, el teatro y la televisión trueca su habitual vis cómica por el reto encarnar a un personaje de densa altura dramática y uno de los mitos del teatro español”, resaltan desde el festival cacereño.

El autor de la versión, Eduardo Galán, explica que la obra de Fernando de Rojas “posee tan alta medida de universalidad e intemporalidad que, aún hoy, nos sorprende, nos desconcierta y nos atrapa. A través de un lenguaje de enorme eficacia, los personajes nos informan, interaccionan y generan conflictos, y se dibujan humanamente con una fuerza y un sentido muy profundos sin dejar de transmitir una sensación de vida cotidiana”. La obra se representa el sábado en San Jorge (22.30 horas).

Machismo clásico

‘La malcasada’ cierra el domingo las funciones de la Escena Clásica (sección oficial del festival) este domingo (22.30 horas) en San Jorge. Estrenada en el pasado Festival de Almagro, este montaje de la compañía castellanomanchega Tumbalobos adapta una comedia de Lope de Vega, que la directora Ana Vélez encontró machista en una primera lectura. 

Profundizando en ella, comprobó que uno de los temas seguía vigente en nuestro tiempo: “ser víctima de las circunstancias para poder tomar decisiones con el corazón, en lugar de moverse por otros intereses”.

Desde ese lugar cuenta Vélez su montaje, que narra la historia de una viuda sin dinero que quiere casar a su hija con un buen partido: un viejo rico. A partir de aquí, Lope construye una comedia delirante donde reflexiona con humor sobre cómo la libertad de las mujeres queda supeditada al dinero y cómo los seres humanos nos convertimos en meros bienes de consumo.