el último adiós a 'el marino'

Monroy despedirá a Rafael, cuyas cenizas irán al mar

La misa tendrá lugar este miércoles, 26 de julio, en la iglesia de Santa Catalina

Cantera de Plasenzuela donde fue encontrado Rafael Magdaleno el pasado sábado.

Cantera de Plasenzuela donde fue encontrado Rafael Magdaleno el pasado sábado. / Carlos Gil

Miguel Ángel Muñoz Rubio

Miguel Ángel Muñoz Rubio

A las once de la mañana de mañana miércoles, 26 de julio, la iglesia de Santa Catalina será el lugar donde Monroy dará su último adiós a Rafael Magdaleno Simón, conocido por todo como 'El Marino'. El vecino del municipio, de 76 años, fue encontrado sin vida el pasado sábado a los pies de una cantera de Plasenzuela, de cuya residencia de mayores (la Padre Damián) se marchó sin dejar rastro hace hoy justo una semana.

Desde entonces la atención mediática ha estado centrada en la intensa experiencia vital y fatal desenlace de 'El Marino', un hombre de espíritu libre, al que no le gustaban las cadenas y que siempre tuvo su particular manera de entender el mundo.

La alcaldesa de Monroy, Sandra Bernal, explicó que será el hijo de Rafael el que se hará cargo del sepelio, aunque se ha abierto un donativo para que tanto el ayuntamiento como los vecinos que quieran colaborar voluntariamente puedan hacerlo.

La misa será oficiada por Alfonso Salor, al que en el pueblo llaman Alfonsito, y al que profesan un gran cariño porque vivió de chico en Monroy cuando su padre ejercía de Guardia Civil. Alfonsito ya apuntaba maneras, estaba todo el día en la iglesia y ahora, al destinarlo la Diócesis de Plasencia a la localidad, le ha dado una vuelta a la parroquia; está restaurando las imágenes, decora de modo primoroso los altares y ha logrado hacer comunidad.

"El pueblo ha apoyado y ayudado en todo lo que ha podido", contó la alcaldesa, quien recordó que contactaron con el Ayuntamiento de Plasenzuela y que el sábado se fletó un autobús en el que viajaron 20 personas, incluida la regidora, para participar en la búsqueda. Rafael llevaba entonces cuatro días desaparecido y fue esa mañana, en torno a las 11.20, cuando un caballista logró dar con él.

Rafael Magdaleno Simón.

Rafael Magdaleno Simón. / EL PERIÓDICO

En este sentido, Sandra Bernal quiso agradecer la colaboración de los vecinos, de los pueblos vecinos (Botija, La Cumbre, Ruanes y especialmente Plasenzuela, que se volcó en ayudar a los voluntarios con bebidas y alimentos). Ese agradecimiento lo hizo extensivo a las fuerzas y cuerpos de seguridad: policía, Guardia Civil, Cruz Roja, DYA, bomberos de la Diputación... que se emplearon a fondo en un dispositivo coordinado por el capitán de la Benemérita Ángel Bautista.

La alcaldesa definió a Rafael como lo hace el resto de sus paisanos, como un hombre de espíritu libre. De alguna manera, como dicen en el pueblo, El Marino murió como vivió: en libertad, saliendo de una residencia seguramente por una ventana y lanzándose a recorrer caminos que finalmente lo llevaron a una cantera que, por qué no, pudieron haberle recordado a aquellos altos hornos donde trabajó cuando emigró al País Vasco.

Y es que fue la de Rafael, hijo de Eleuteria Simón, a la que todos conocían como Tía Tella, una vida azarosa. De pequeño perdió a su padre y fue así como la familia se marchó a Sestao a ganarse el pan. Allí trabajaron en un bar, pero poco tiempo después el destino quiso que su único hermano (el pequeño) muriera en un accidente de tráfico cuando volvía de traer mercancía para el negocio. Como quiera que Rafael había estado empleado igualmente de tornero, esa experiencia laboral le valió para alistarse en la marina mercante justo coincidiendo con la nueva desgracia familiar que esta vez le había dejado sin su hermano.

Recorrió Panamá, México... numerosos países del mundo escribieron su cuaderno de bitácora en alta mar. Hasta que un día volvió a Extremadura. Con el dinero que había ganado le hizo una casa en la calle Empedrada de Monroy a su madre y él abrió un bar en Navaconcejo. Luego pasó por Cáceres, donde se hizo cargo de La Grillera, seguramente uno de los garitos referentes de la Movida Cacereña.

Los últimos cinco meses de su vida los ha pasado en el centro de mayores de Plasenzuela. Ya incinerado, su hijo cumplirá la última voluntad de su padre, que sus cenizas naveguen en el mar, como lo hizo cuando era El Marino más célebre de Monroy.

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