"Ya era hora de que lo derribaran". Los vecinos de la calle Ródano, donde se encuentra el polémico Bloque C comparten la opinión unánime de todo un barrio. Aldea Moret aplaude que tras años de negociaciones, finalmente se materialice la demolición de uno de los inmuebles que ha protagonizado durante años la crónica negra de la ciudad. El proyecto se aprobó en la anterior legislatura durante la alcaldía de Luis Salaya, que lo había incluido entre sus compromisos electorales.
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Con el proyecto listo y adjudicado, ha sido esta semana cuando han comenzado los trabajos en el interior del inmueble. Según precisó este martes el propio, alcalde Rafael Mateos, la demolición será progresiva. "Se va a ir haciendo por fases, por plantas y poco a poco", concretó a los medios al término de una rueda de prensa por otro asunto.
Este martes, los operarios retiraban los primeros elementos del bloque, que se encuentra tapiado desde hace doce años. En concreto, los trabajos se realizarán con la recogida «elemento a elemento» de algunos de los sistemas constructivos como la cubierta y los trasdosados porque contienen piezas que se pueden reciclar. Para el resto, se usará lo que se conoce como la demolición combinada, utilizando maquinaria mecánica pesada hidroneumática, retroexcavadora o con pinzas demoledoras.
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La adjudicataria del contrato es la empresa Arribas Gozalo por un importe de 558.548 euros. Los trabajos se prolongarán durante cinco meses, es decir, que la previsión es que el inmueble esté derribado al completo en abril del próximo año. De forma paralela, el ayuntamiento deberá poner sobre la mesa el futuro del solar una vez que concluya la demolición. En un primer momento, se planteó la posibilidad de que pudiera convertirse en una zona verde, pero finalmente Mateos puso de manifiesto este martes que la decisión sobre su uso la tendrán los propios vecinos. Para ello, la corporación hará una consulta popular en el barrio para decidir sobre la parcela una vez que el edificio forme parte de la historia.
Fue en 2010 cuando, tras numerosos episodios violentos y una acumulación interminable de actos vandálicos y basura, se desalojó. Más tarde, se tapiaron las ventanas para evitar que alguien pudiera acceder a su interior. Desde entonces, mucho se ha especulado sobre su destino, desde que iba a rehabilitarse hasta la decisión definitiva, su desaparición.