La Procesión de Bajada

La patrona espera al Nuncio del Papa, el décimo que viaja a la ciudad en cinco siglos

Bernardito Auza, emisario vaticano, esperará a la Montaña en Concejo (donde sorprenderá por sus girasoles amarillos) a las siete de la tarde en presencia del obispo, el alcalde y la presidenta de la Junta. Se prevén más de 20 grados

Miguel Ángel Muñoz Rubio

Miguel Ángel Muñoz Rubio

Nuestra Señora la Virgen de la Montaña volverá hoy a la ciudad justo cuando se cumplen 383 años de la Procesión de Bajada, que se celebra desde el 3 de mayo de 1641, día en que la patrona arribó por primera vez del santuario ante las peticiones de los vecinos que imploraban lluvia en un tiempo de pertinaz sequía.

En 1928 se aprobó que la Virgen procesionara cada cuatro años y en 1945 se oficializó el desfile anual; con él arrancaba el novenario que finaliza siempre el primer domingo de mayo, Día de la Madre. Antes de esta fecha, se trasladaba sólo a propuesta del ayuntamiento, del pueblo normalmente, y alguna vez por la junta directiva de la cofradía, sobre todo por una desgracia o plaga.

Fue a principios del siglo XVII cuando un vecino de Casas de Millán, Francisco de Paniagua, recorría la provincia portando una imagen pequeñita de la Virgen y recogiendo limosnas para elevarle una capilla. A Cáceres llegó en 1621 y en la Sierra de Mosca alzó una cabaña y vivió como eremita. Luego, gracias a las aportaciones recibidas, fue construyendo la primitiva ermita, consagrada el 25 de marzo de 1626, y en ella celebró la primera misa Sancho de Figueroa, cura de Santa María y amigo de Paniagua. La bendición promovió sin dilación un fervor ilimitado de los cacereños, que desde entonces rinden tributo a la patrona, a ella se consagran y en ella confían.

Esa devoción, que traspasa los límites religiosos y que es el acontecimiento que marca la apertura de la Primavera Cacereña, lo vivirá esta tarde el Nuncio Apostólico del Papa en España y Andorra, Monseñor Bernardito Auza, que llegará a la ciudad procedente de su residencia en el antiguo palacio que albergó la Nunciatura Apostólica durante dos siglos y hoy es sede del Arzobispado Castrense en Madrid.

Auza se convertirá en el décimo nuncio que en cinco siglos viaja a Cáceres siguiendo la estela de Ragonessi en 1915 o de Tedeschini, en 1926, que bendijo el Sagrado Corazón en la explanada del santuario.

A él se sumaron otros como Dadaglio en 1974, que vino a la ciudad a propósito de las Bodas de Oro de la Coronación de la patrona. Sería en 2009 cuando el Vaticano escoge a Manuel Monteiro de Castro para participar en la procesión. Y a Renzo Fratini en 2013. A la lista hay que unir a Cicognani, Antoniutti, Riberi y Tagliaferri.

El emisario de la diplomacia vaticana llegará a una ciudad en la que desde el domingo son días de trasiego (ese día se procedió al traslado de enseres hasta la concatedral: fundamentalmente ánforas, plataformas y estandartes). El lunes por la mañana se bajó la talla del camarín y ayer no pararon las visitas, la más especial la de una joven pareja que ofreció la Virgen a su bebé de solo 11 días.

La Procesión de Bajada estrenó su título de Fiesta de Interés Turístico Regional el 24 de abril de 2019. El desfile entraña un gran trabajo y es habitual que en el día de hoy los hermanos repongan fuerzas comiendo los tradicionales huevos fritos con patatas y chorizo, de nuevo en el comedor de las monjas porque el restaurante del santuario sigue cerrado.

Poco después, a las cinco, José Manuel Romero, hermano mayor, organizará los turnos de carga con el reparto de planillos. Es él quien dispondrá los cuatro turnos de 30 hermanos que conforman los 120 que cargan a la Virgen (hay 125 pero los cinco de pico son directivos, todos menores de 65) y cada uno con sus jefes de paso. Tras la eliminación hace siete años del turno de los suplentes, en la cofradía existen tres escalafones (aspirante, activo y veterano). Para obtener la categoría de aspirantes deben enviar un escrito a la cofradía, tener 18 años y al menos uno de antigüedad en la hermandad. La directiva les remite luego una carta para que se tallen y poder asignarles un turno.

Los aspirantes cargan siempre que hay sitio, es decir, en función de la falta de asistencia de los hermanos titulares de carga que se ausenten, pero lo cierto es que son muchos los titulares que ceden minutos a los aspirantes para que puedan cumplir el anhelado sueño de portar a la Virgen, ya sea en la Procesión de Bajada o en la de Subida. Este año, dos nuevos hermanos adquieren la condición de veteranos mayores de 65, que no cargan por diferentes motivos aunque la inmensa mayoría sigue haciéndolo. También se nombra a cuatro hermanos de carga titulares.

La procesión (se prevén más de 20 grados) arrancará a las cinco de la tarde, organizada por el vocal de Gobierno, Manuel Flores, tras rezar la Salve dentro del santuario. Irá hasta el Amparo (cofradía cuyo mayordomo es Alfredo Fondón), donde habrá una declamación que correrá a cargo del capellán de la Montaña, José María Batuecas. Luego retomará el camino por la rotonda evitando el puente de la ronda este porque a juicio acertado de la nueva junta de gobierno que preside Joaquín Floriano, recorriendo la pasarela la ciudad o no podía disfrutar de la procesión en todo su esplendor. Pasará pues por el lado izquierdo de la rotonda del camino, porque el derecho tiene más caída.

La imagen, de estilo sevillano realizada en madera de nogal policromada por artista desconocido entre los años 1620 y 1626 y sometida a un proceso de limpieza a cargo de Juan Alberto Filter e Isabel Rabadán, saldrá a hombros del turno tercero. Lo hará bajo los sones del Himno de España, con la corona de diario (réplica de la buena), sobre sus andas de plata de 120 kilos de peso adquiridas en los 60 en un taller sevillano y con la peana restaurada por Clara Hurtado.

Los girasoles

La camarera, Julita Herrera, ayudada por su camarera auxiliar, Marisa Domínguez, la ha vestido primorosa con el manto que le regaló la ciudad para las bodas de plata de la coronación canónica en 1949, una prenda de estilo renacimiento, hecha de tisú de plata fina con oro fino de alto relieve. La camarera de ornato, Pilar Campos, la ha decoró ayer esta vez bajo indicaciones del vocal de actividades, Rubén Mayordomo, (algo inédito que sucede por primera vez en la historia de la mayordomía). Va con rosas blancas y girasoles amarillos, lo que le resta sobriedad a la talla. Al parecer, las flores han sido donadas (no se ha ocupado de ello Bouquet, como también solía ser tradición, aunque esta floristería sí ha llevado las flores de las ánforas de Santa María), dijo Campos.

Todo a punto, pues, para iniciar un cortejo al que acudirán la presidenta de la Junta, María Guardiola, y Rafa Mateos, alcalde de la ciudad, que se estrena entregando el bastó de mando a la Virgen como Alcaldesa Honoraria que es. Antonio Bazo se ocupará de colocarlo en las andas en Concejo a las siete de la tarde. Pasadas las nueve y media estará en Santa María. El Novenario ya está, casi, aquí.

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